Está claro que las víctimas de abuso sexual hablan y denuncian cuando pueden hacerlo, cuando sienten que es el momento de liberarse de ese tormento, o cuando cuentan con la contención necesaria para poder contarlo.
En Argentina estos últimos meses hubo muchas mujeres y adolescentes que se animaron a contar que fueron víctimas de abusos sexuales teniendo en cuenta la importancia que tiene denunciar los abusos tanto para ellas en lo personal como para las mujeres en general.
En la provincia de Santa Fe, durante el 2018 hubo 422 estudiantes de todos los niveles que pudieron contar que habían sido abusados. Según los datos que maneja el Ministerio de Educación, la mayoría de las denuncias surgió en en escuelas nocturnas y profesorados, donde adultos se dieron cuenta de que habían sido abusados en la infancia.
De todos modos, los relatos de abusos se dieron desde el nivel primario hasta el terciario, y en su mayoría en las ciudades de Santa Fe y Rosario.
Al respecto, Federico Paggi, secretario de Gestión Territorial Educativa, señaló por LT10 que “muchas denuncias son de personas adultas que cursan los profesorados o los Eempa», y destacó que la enseñanza de la ESI (Educación Sexual Integral) sirvió para que pudieron hablar.
«Estos 422 casos tienen que ver con situaciones que tenemos registradas a través de las escuelas y el servicio Socioeducativo. Estos 442 casos son de posibles abusos que han implicado hacer una denuncia en el Ministerio Público de la Acusación», precisó el funcionario.
En todos los niveles educativos la educación sexual atraviesa las materias y hacen jornadas especiales durante el año.
«Si no hubiera lugar para hablar de estos temas, muchas denuncias no habrían aparecido. Y parte de la recuperación y la cura es poder contarlo porque callarse daña emocional y psicológicamente. Lo que se nos dificulta es saber qué pasa después en la Justicia”, dijo Paggi.