Así funcionan los nuevos lectores de huellas que llegarán a los smartphones en 2019

Te contamos cuáles son las ventajas y las desventajas de un sistema biométrico que ya no está en un botón sino en la pantalla del teléfono.

El sistema debutó en un teléfono chino, aunque se espera que llegue a más smartphones el próximo año.

Pantallas que se pliegan, RAM por las nubes y conectividad 5G son algunas de las novedades que veremos en los smartphones en los próximos años. Tal como contamos acá, otra de las promesas de la industria móvil está relacionada a los sistemas biométricos.

Un fabricante chino ya presentó un teléfono con un lector de huellas en pantalla. El sensor no está en un botón físico, tal como ocurre en la mayoría de los equipos actuales, sino en el display.

En esta nota de Tecno te invitamos a conocer más sobre esta tecnología que se espera gane protagonismo en 2019. Se prevé que llegue a más smartphones, incluyendo modelos de marcas reconocidas.

La china Vivo presentó en enero de este año el primer teléfono con este sistema biométrico.

Cómo funciona
La mecánica es simple: en vez de tocar un botón, se coloca el dedo sobre la pantalla. Un sensor detrás la misma escanea la huella e identifica al usuario. Se trata de una tecnología óptica, que en este caso ilumina el dedo para analizar la huella.

Los lectores de huellas dactilares “clásicos” actúan gracias a un botón. En algunos teléfonos están al pie de la pantalla y en otros se encuentran en la cara posterior, usualmente cerca de la cámara. Como veremos, evitar el elemento físico es uno de los beneficios de este sistema.

Muchos teléfonos tienen el lector de huellas en la cara trasera, una posición que para muchos es incómoda.

Las ventajas
El mayor provecho de este sistema aparece a simple vista. Los fabricantes pueden crear teléfonos (o tablets) pura pantalla. El display puede ir desde el extremo superior al inferior, sin un botón que interrumpa.

Arturo Busleiman, consultor en seguridad informática en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de La Nación, cree que la principal ventaja es la comodidad y no mucho más que esto. “La utilidad es para los que diseñan celulares, que ganan espacio físico y mejoran el look”, nos dice el experto en biometría.

Si bien es cierto que esto ya lo habían logrado colocando el sensor biométrico en la cara posterior, aquella es una posición que no es cómoda para muchos usuarios. Sobre todo cuando el teléfono está apoyado en una mesa: hay que voltearlo y esto puede ser engorroso.

Las desventajas… y las perspectivas
En CES 2018 la empresa china Vivo presentó el modelo X21. El nombre nos dice poco, aunque se trata del primer teléfono con lector de huellas embebido en pantalla. La solución tecnológica es provista por Synaptics, una compañía que conocemos por el desarrollo de un sistema similar al 3D Touch de Apple.

Si nos basamos en aquella tecnología, aparece una desventaja para el sistema: el reconocimiento de la huella es más lento en relación a los lectores tradicionales. 0.7 segundos contra 0.2 segundos.

Luego, en septiembre, la marca china lanzó el modelo V11.

La tecnología mejorará. Se comenta que fabricantes como Apple y Samsung trabajan en sus propios sistemas, que podrían ser incluidos en sus próximos teléfonos insignia. De hecho, suena fuerte un rumor que señala que la serie Galaxy S10 de 2019 incluirá este sistema biométrico, en este caso en sociedad con Qualcomm.

Busleiman dice que esta tecnología podría convertirse en un estándar en los próximos años. O, en todo caso, en una función muy utilizada entre los usuarios de dispositivos móviles.

El contexto es clave: la venta de teléfonos está cayendo y las nuevas características no son únicamente una evolución. También son una excusa para que creamos necesario cambiar nuestro teléfono.