Avellaneda: Todo Tiene Precio. Hasta El Silencio Y La Ausencia

…por Huber Cracogna

A días de enfrentar una elección destinada a complementar el tiempo establecido en un periodo regular interrumpido ante la asunción como Senador Nacional por quien oficiara de intendente hace meses atrás en la ciudad de Avellaneda, Dionisio Scarpin, oscuras negociaciones e idas y vueltas, dimes y dirites, poblaron sendos comunicados de varios partidos – opositores – en los cuales se explica su NO participación en la contienda electoral. Desde la estafa de Vicentín y la rodilla en tierra de un oficialismo dinástico reinante defendiendo la afrenta nacional incluyendo cortes de ruta, la compra de voluntades y el precio estipulado a los referentes opositores resurge en la Segunda Estafa Perpetrada de la que se tenga memoria: La segunda fuerza partidaria que en las últimas elecciones logro escaños en el Concejo Deliberante municipal informó que NO participará de las elecciones, y por parte del justicialismo, solo una línea presentará alternativa electiva.

UPA, cuya sigla identifica a una asociación vecinal de la localidad, devenida en subsidiaria del PRO que comparte ideales ancestrales con el oficialismo dinástico de Avellaneda, es decir, oficialismo y oposición agrupados en un solo recinto de dudosa representatividad, luego de ser desmentido su referente quien informo acordar con líneas del justicialismo, señaló que NO PARTICIPARÁ de la contienda alegando motivos económicos. Otros referentes del justicialismo que desmintieron unidad con UPA por razones ideológicas, se ignora qué decisiones tomaron y cómo se representará ese voto disidente que incluye votos justicialistas que esperan tras su ensordecedor silencio, no ser definitivamente fagocitados por un cuello de botella electoral en la que los disidentes no tendrán otra alternativa que votar OFICIALISMO explícito al desnudo, prosápico y protéico.

Una estafa electoral al desnudo que al margen de negaciones y falta de presupuestos invocado por varias alternativas opositoras, queda al margen de una única pregunta: ¿Cuánto le costará a los fondos dinásticos de Avellaneda la ausencia de propuestas en estas singulares elecciones? ante un camino allanado a las actuales autoridades “política” no registren mayores inconvenientes destinadas a prolongar la dinastía reinante, hoy integrada por correveidiles, caros vasallos y variopintos bufones.

Percepciones dan cuenta de que el oficialismo – UCR/PRO que incluye UPA – desde la estafa de Vicentín y su triste papel defendiendo al grupo empresarial delincuencial – si me permiten la involuntaria aliteración -, muestra grietas que se evidencia en una inocultable vulnerabilidad política y representativa como nunca lo estuvo y se mostró. Hubo de recurrir a la compra sistemática y aborrecible ya no de votos, sino, de dirigentes, cualquier fuere, para sostener en una estafa en el tiempo a la que ya no se puede tapar con ningún rebuscado discursos y mucho menos con aceptables argumentos.

La democracia de Avellaneda no solo tiene legisladores; desde tiempo sumó comercio fenicio, poca vergüenza agregando otra estafa que por recurrente y reiterada, instituye hoy la bases estructuradas y desvencijada de su naturalización onírica. Todo tiene precio. Hasta el silencio y la ausencia.

Comentários no Facebook