Sukerman, que ganó la elección como intendente de Rosario, tiene que aumentar su caudal electoral. Javkin confía en la suma con Irízar y Perotti con Bielsa. ¿Dónde pescará Bonfatti?
Se confirmaron las proyecciones de la mayoría de las encuestas. Sólo erró -para ser indulgentes-la que contrató Cambiemos y que ofrecía un escenario de «tercios» que ha dejado de exsitir junto con la fuerza liderada por Mauricio Macri como alternativa de gobierno en la provincia de Santa Fe y las principales ciudades. Sólo falta que lo asuman José Corral, que el domingo tempranito, antes de «guardarse», y casi sin datos oficiales, habló de «piso», «punto de partida» y otras figuras parecidas para intentar explicar que no llegaria ni al 20% de los votos, lo mismo su delfin Niky Cantard para sucederlo en la intendencia de la Capital que llegó tercero en la suma de sufragios, y Roy Lopez Molina, que ensayó una metáfora deportiva –que en términos de metodologia fue precisa- para justificar el 13% de votos propios y los 8 puntos de Jorge Boasso. «Es una semifinal», dijo Roy, intentando bajarle el precio a la derrota y pesar en las generales. En efecto, a la «final» pasan dos: Pablo Javkin y Roberto Sukerman. Del mismo modo que para el sillón del Brigadier, la disputa se reduce a Omar Perotti y Antonio Bonfatti. La cosecha de Cambiemos es directamente proporcional a la imagen negativa del Presidente. El 80% de rechaza a Mauricio Macri y es idéntico al porcentaje de santafesinos que votaron candidatos opositores. Esa es historia terminada.
Sin dudas, la figura del domingo fue Pablo Javkin. No sólo por su triunfo en la primaria del Frente Progresista sino por la cosecha personal de votos en una primaria de tal potencia que lo ubica en una inmejorable posición para suceder a Monica Fein en el Palacio de los Leones. El reconocimiento tardío de la victoria del edíl sobre Verónica Irizar hizo peligrar en la medianoche del domingo la continuidad del Frente, o para ser más precisos, provocar daños irreparables de cara al 16 de junio. Cerca del amanecer del lunes llegaron los mensajes de felicitaciones de la cúpula socialista a la que indudablemente le costaba asumir que después de 30 años de victorias en la ciudad no va a estar en la boleta el nombre de ninguno de sus dirigentes. Esto, además, avivó viejas disputas, por el momento inconducentes, en torno a la canadidata, la estrategia de campaña, y sobre todo a qué hacer de ahora en más. Rosario podrá seguir siendo del Frente Progresista, pero no ya del Socialismo como fuerza hegemònica. Y los líderes partidarios deberán postergar sus querellas personales en pos de no perder -y en este caso no sería internamente- el gobierno de Santa Fe. Es por eso que aprovecharán el congreso partidario nacional -que se desaerrolla en Buenos Aires- para hablar de lo ocurrido. La ventaja de Antonio Bonfatti sobre Omar Perotti de 50 mil votos, sirvió par que el domingo a la noche pudiera festejar -en Santa Fe- junto a Emilio Jaton , que arrazó para la intendencia de la capital, y Miguel Lifschitz que fue el más votado en las elecciones ganando la categoría de diputado provincial, pero lejos del aluvión de votos que él mismo esperaba. A los 450 mil votos de Perotti se sumaron el domingo 230 mil de María Eugenia Bielsa, que si bien todavía no se sacó la foto junto a su vencedor ya expresó que «ni uno solo de esos votos irán para Antonio Bonfatti». Si bien la arquitecta dejó en claro su posición, es obvio que ella no puede garantizar semejante escenario. No obstante, por el tono de la campaña, y la diferencia de 180 mil votos de la suma peronista, es Omar Perotti el que está en mejor posición para suceder a Lifschitz en la Casa Gris. Negarlo sería sellar su propia derrota en las huestes del Frentre Progresista, que ya hizo las primeras reuniones para revertir esa tendencia. De hecho ya han hablado Javkin con Lifschitz y Bonfatti, lo mismo hizo el candidato a Inrtendente con Monica Fein, y con los «estrategas» de la campaña con quienes mañana definirán los trazos principales de una idea proselitista que Javkin anticipó que será del tipo que lo llevó a ganar la primaria, esto es sin tanta parafernalia publicataria y con mayor contacto personal. En cuanto a los «contenidos» se trabajará sobre la idea de retener los votos del Frente, y sumar entre los grupos que ya no estarán por no haber alcanzado el piso exigido por la ley electoral, seducir a ese 10% que no votó la semana pasada y sí lo hará el 16 de junio, y propiciar el «voto útil», que en este caso se perfila hacia los votantes del radical Jorge Boasso. Esa estrategia a Javkin podría servirle, no así a Bonfatti, que si apunta a los votos de Corral, no le va a alcanzar, ya que el nucleo duro macrista es de no menos del 15% y podria «beneficiarse» con apenas un par de puntos. La estrategia por tanto psará por personalizar la elección, es decir apuntar a Perotti y sus posiciones politicas, tratando de captar votantes de Bielsa que no acompañarían al rafaelino. A tenor de los resultados, y los 450 mil votos del Senador, no parece tan probable. Los referentes provinciales del kirchnerismo hicieron un buena elección, y el «votante kirchnerista silvestre» (como ellos mismos lo llaman) se inclinó antes por Perotti que por Bielsa, y desde ya que Bonfatti.
Esto lo saben en el cuartel socialista. Es por eso que si no se redoblan esfuerzos y se muestra un bloque homogeneo, es decir con Lifschitz y Bonfatti diciendo y haciendo lo mismo, sumado a la tracción de los candidatos de las principales ciudades (Javkin, Jaton) dar vuelta la elección será muy difícil. Ni siquiera apelando al cuarto de millón de votantes que seguramente se agregaran en junio o los casi 100 mil cuyos candidatos de las PASO no estarán en las próximas boletas.
Como nunca antes desde que dejó el poder, el peronismo esta tan cerca de recuperarlo en la provincia. Si bien hay antecedentes de haber sido la fuerza más votada y luego perder en el «mano a mano», está vez la preponderancia de Perotti en la interna, y su identificación como la referencia opositora al macrismo lo ubican en una posición de privilegio. Más allá de sus posiciones como Senador, o su pasado como funcionario en el gobierno de Jorge Obeid, el hecho de que Cristina Fernández de Kirchner haya encolummnado su tropa detrás del rafaelino ha sido un dato fundamental. Otro sin dudas importante es el armado territorial, que le permitió imponerse en la mayoría de los departamentos, y finalmente el apoyo -a su modo- de Bielsa que dijo está a su disposición. Si Perotti retiene esos sufragios -ni siquera hace falta que sea la totalidad-la elección está definida. Y al dia de hoy, y por los últimos movimientos de sus advdersarios en el cierre de campaña de las PASO, eso no corre tanto peligro. Hay que agregar, que al momento de la elección en Santa Fe habrán ocurrido otras seis compulsas en diferentes provincias en las que Cambiemos (al menos en la ecuestas) caerá derrotado a manos del peronismo en casi todas. Esa ola tendrá impacto en estás costas, y volviendo a la eleccion de Rosario en particular es uno de los alicientes de Roberto Sukerman, que la tiene tan difícil como Bonfatti, a pesar de haber sido ambos los más votados el 28 de abril.