Por Ariel Rolffo
El artículo 16 de la Constitución Nacional establece que “todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad”. Es decir, la Constitución Nacional exige que quienes tengan el honor de ser funcionarios públicos sean idóneos.
La idoneidad es la aptitud o capacidad que algo o alguien tiene para un fin determinado. Se habla también de idoneidad cuando se considera que alguien por su conocimiento específico, su preparación, su experiencia y capacidad es adecuado, apropiado o conveniente, para desempeñar determinados cargos o funciones dentro de una organización o del estado.
La política es una actividad que requiere un conocimiento multidisciplinario ya que el Político debe legislar o ejecutar un plan de gobierno que abarca muchas áreas técnicas del saber. Este conocimiento, esta idoneidad se consigue después de muchos años de estudiar, prepararse y actuar intensamente en el campo político para de esa forma lograr la experiencia necesaria para actuar desde el cargo en forma responsable e idónea.
Por supuesto que además de la aptitud técnica y la idoneidad es necesario tener valores éticos y honestidad para desempeñar con probidad el cargo algo que muchas veces también es una de las carencias más notorias en la clase política.
Un partido político debería llevar a sus mejores hombres y mujeres, los más aptos e idóneos, los más honestos, aquellos que a través de los años de militancia han demostrado estas virtudes y además una firme pertenencia al sector político que representaran en las urnas, los cabezas de lista deberían ser como abanderados del sector elegidos encabezar las listas.
Pero ¿es esto lo que ocurre en la realidad?
«CARITAS CONOCIDAS», PERSONAJES MEDIATICOS Y FRIVOLIDAD POLITICA
Hoy son muchas la listas que cada vez más apelan a figuras con alto índice de conocimiento por su popularidad, fama o por el solo hecho de ser figuras mediáticas sin la más mínima formación o experiencia política para desempeñar con probidad un cargo.
En el proceso de elección de candidatos para encabezar las listas se eligen personajes con alto índice de conocimiento público (mediáticos y famosos) pero generalmente sin experiencia ni idoneidad política para que sean candidatos y encabecen listas.
Esta práctica surgió en los ’90 de la mano del entonces presidente Carlos Menem, pero lamentablemente esto no fue una moda del momento sino que se transformó en una modalidad permanente y más intensa hoy en día.
La política apuesta a estos personajes mediáticos denominados “outsiders” para oxigenar la oferta electoral donde proliferan nombres de los medios, el deporte y hasta la ciencia para encabezar las listas para las legislativas, la razón principal para que este contrasentido ocurra se debe a que los que se dedican a la política tienen un considerable nivel de desprestigio.
Estas “caritas conocidas”, estos outsiders son principalmente candidatos sin experiencia ni pertenencia pero que se lanzan a la política dentro de un partido establecido.
Los atributos más valorados son el conocimiento público (lo que permite saltear el paso de la instalación), el posicionamiento en los medios de comunicación y también que hayan tenido éxito en su actividad de origen.
Ya no es la idoneidad, la capacidad, la experiencia política el atributo necesario sino que solo es necesario ser un personaje conocido y mediático. Ya no se eligen los mejores hombres y mujeres dentro de una fuerza política sino que se busca el personaje que más mide en las encuestas por su conocimiento y empatía que tiene en la sociedad sea o no sea de esa fuerza política, sea o no sea idóneo para la función a desempeñar.
Esta frivolidad política contemporánea es el triunfo del Marketing, de la video política y un fracaso de la política como la función de brindar los más probos y capaces para gobernar.
Esta modalidad también permite que haya muchos tránsfugas en la política ya que al no tener historia ni pertenencia al partido que lo llevo a su cargo a estos Neo-funcionarios les da lo mismo estar en cualquier partido, no tienen lealtad a una fuerza o a una ideología sino solo a sus apetencias personales.
Tránsfuga es una denominación atribuida en la política a aquellos representantes electos que, traicionando a sus compañeros de lista o de partido se pasan a otro. Hoy se lo denomina popularmente también a este fenómeno “Borocotizacion” ya que fue el pase del mediático Eduardo Lorenzo ‘Borocotó’ del macrismo al kirchnerismo el que marcó un camino que con el tiempo se tornó habitual. Gil Lavedra lo calificó de ‘caradura’ a Borocotó, y consideró su actitud un ‘fraude mayúsculo a la voluntad popular’.
REFUNDACION POLITICA
Si una persona necesitara operarse del corazón por ejemplo nadie se haría operar por alguien que no tiene la capacidad ni la idoneidad requerida sino que probablemente buscaría el mejor cardiocirujano posible, sin embargo parece que esa lógica del pensamiento no funciona cuando la gente tiene que elegir quien le gobierne por que ha quedado demostrado que muchas de estas “caritas conocidas”, muchos de estos personajes mediáticos son elegidos por sobre otros que son políticos profesionales.
Esto se debe como dijimos no solo a frivolización de la política en que han caído la sociedad sino también los partidos políticos en si, ya que sus cuadros por ser desconocidos o porque están desprestigiados no tienen la suficiente confiabilidad del elector para ser elegidos por ello para sortear este inconveniente se busca como como “mascaron de proa” una carita conocida.
Por ello hace falta que la actividad política se renueve en sus capas dirigenciales, que surjan nuevas figuras sustentadas en la idoneidad, la experiencia, la honestidad y la ética pública, para que de esta manera en algún momento volvamos a tener dirigentes de la talla de aquellos que forjaron hitos en la historia política de nuestro país.