En una carta abierta, afirmó que en la entidad que él preside no hay espacio para la violencia
Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), redactó una carta abierta, que fue publicada en la web de la entidad, en la que critica los incidentes del sábado que obligaron a posponer la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors.
Muy duro en sus definiciones, el dirigente afirma que en la entidad que él preside no hay espacio para la violencia y que el fútbol se gana en la cancha. “En la Conmebol, el fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha. Se juega respetando al rival, teniendo el Fair Play como visión en la cancha, en las gradas, en la dirigencia”.
De la misma manera, evidencia su tristeza y vergüenza por los disturbios que hicieron que la final de la Copa Libertadores fuera aplazada sin fecha: “El sábado 24 de noviembre será recordado en la historia del fútbol mundial por todas las razones equivocadas. (…) Al final terminó siendo un día que debe llenarnos de tristeza y vergüenza a todos; algo que debe desatar una profunda reflexión y una seria autocrítica en todos los estamentos, no solo del fútbol, sino de la sociedad”.
Domínguez insistió que las decisiones que tomó como presidente de la Conmebol fueron “para el bien de todos los involucrados”, pues puso su mejor esfuerzo para velar por la integridad de todos: desde los jugadores hasta el público.
Este martes en la sede de la Conmebol de Asunción, se reunirán los presidentes de ambos clubes, Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, para discutir cuándo y bajo qué condiciones se jugará el partido.
La carta completa:
“El sábado 24 de noviembre será recordado en la historia del fútbol mundial por todas las razones equivocadas. Se suponía que debía ser una final de la CONMEBOL Libertadores para el recuerdo, la última en formato ida y vuelta. Al final terminó siendo un día que debe llenarnos de tristeza y vergüenza a todos; algo que debe desatar una profunda reflexión y una seria autocrítica en todos los estamentos, no solo del fútbol, sino de la sociedad.
A pesar del acuerdo previo de fair play firmado por los presidentes de ambos clubes finalistas y de todas las alertas emitidas desde CONMEBOL a los responsables de la seguridad, el estadio y los alrededores fueron escenario de una violencia irracional y aparentemente impune, hacia los jugadores, el público, los niños y las familias que se acercaban pacíficamente, las autoridades, los vecinos. Los acontecimientos vandálicos fueron penosos. La barbarie que se ha venido apoderando de nuestro fútbol colocó muchas vidas en riesgo.
Como presidente de CONMEBOL, puse mis mejores esfuerzos para velar por la integridad de todos: desde los jugadores hasta el público que esperó pacientemente que se resolvieran las penosas circunstancias ajenas al espectáculo y a la responsabilidad de CONMEBOL. Convoqué a las autoridades de ambos clubes, esperamos los informes médicos, revisamos los protocolos institucionales y finalmente, de acuerdo con ambos presidentes, tomé las decisiones para el bien de todos los involucrados.
En nombre de la CONMEBOL también es mi deber pedir cuentas a los responsables de garantizar la seguridad del evento y el orden público. Claramente fallaron los protocolos y las autoridades no estuvieron a la altura de las circunstancias. Ahora, lo que les queda es accionar inmediatamente para identificar, capturar y aplicar el rigor de la justicia a quienes causaron tanto daño.
También hago un llamado a los dirigentes de River Plate y Boca Juniors, a que entiendan que la responsabilidad que tienen en sus manos va mucho más allá de solamente defender sus colores y los intereses de sus socios. Ante todo, tienen una responsabilidad hacia el fútbol sudamericano, muchas veces desvalorizado y criticado en nuestros países, pero apreciado en todo el resto del mundo.
Lo mismo va para los medios de comunicación, a quienes pido respeto, ecuanimidad y perspectiva en la cobertura para informar correctamente al público, relatar los hechos, combatir la desinformación y desenmascarar las visiones interesadas y las percepciones erróneas.
En la CONMEBOL que presido, el fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha. Y más en Sudamérica con la calidad de nuestros futbolistas. En la CONMEBOL que presido se juega respetando al rival, teniendo el fair play como visión en la cancha, en las gradas, en la dirigencia.
Finalmente, hago un llamado a que todos los actores del fútbol sudamericano fijemos como prioridad y unamos esfuerzos para identificar, entender y combatir las causas y los actos de violencia que manchan nuestro fútbol. Hay mucho más en juego que un título deportivo. O todos los actores del fútbol sudamericano nos unimos para acabar con la violencia, o la violencia se encargará de acabar con el fútbol sudamericano”.