por Huber Cracogna
Marchas contra los barbijo donde en un acto simbólico y sedicioso se quemaron decenas de tapabocas. Metas mensajes mediáticos, por semanas y emanados de medios hegemónico, puso en duda la eficacia – veracidad científica – de la vacuna más segura contra el CORONAVIRUS. Cada medida destinada a morigerar el inevitable impacto de virus tiene su condescendiente resistencia en nombre de los derechos individuales. Una argentina divida entre los intereses colectivos y preventivos, y quienes apuestan claramente a “cuanto peor, mejor”, cuyo destinatario y responsable aguarda ser sometido y juzgado en los 9 círculos infiérnales del Dante. Todo está previsto.
“Todos Somos Vicentin”, fue, además de la vergüenza nacional, la muestra acabada del triste sometimiento de una CASTA POLÍTICA que solo defiende directorios empresariales trasladando al ESTADO el rol bobo de asumir consecuencias sin exigir nada a cambio. Su estafa millonaria y en dólares dejó sin respuestas a productores, cooperativas y banco nación. No las hubo ni las habrá.
La cabeza de la hidra que tiene nombre y apellido, gestión e inocultable tradición anti popular sintetizan un debate piramidal y en letras de moldes basado en la intolerancia social, el ninguneo estigmatizante y la negación fatídica. Fin del debate.
En medio de alarmantes suba de contagio producido por una nueva sepa que se advierte pavorosa ante un sistema sanitario cuasi colapsado, personal de salud agotado y una economía en recesión desde hace mas de 4 años, y en el marco de negociaciones de una deuda externa tomada por el macrismo en la que ningún argentino decente vio un solo centavo de dólar, un grupo de manifestante en Reconquista el viernes recorriendo sus calles sumaron protesta callejera en una actitud sediciosa y provocativa, señalando ser víctimas de libertades individuales.
Un triste personaje del jet set periférico – Michael Benítez – solicitando la presencia del intendente en apoyo a su delirio. Nada más que agregar.
Resulta recurrente expresar nuestro repudio a tal alucinación provocativa de gente que confunde libertades individuales con el síndrome de inadaptados. No se puede seguir confundiendo estrategia con objetivos, argumentos con proyectos, política con estupidez, delirios con gestión y sedición institucional incorporados a un discurso político que en representación de sugerentes minorías, apuestan a CUANTO PEOR, MEJOR.
Quienes promueven resistencia social a medias preventiva destinadas a salvar vidas intentando provocar un caos ante evidentes e inocultables y mezquinas razones partidarias, solo infieren propuestas en vaciar la política como instrumento previsible de contención y objetivo común de los pueblos. A quienes levantan las banderas de la insurrección arengando medidas perfiladas en dictaduras se le habrá de responder que las únicas políticas posibles aplicables son aquellas “que eviten las miserias humanas”.