Curarse En Salud
Una muerte en los pasillos de hospitales de alta complejidad recientemente inaugurados es otra postal de otra muerte absurda de una niña en el viejo hospital de reconquista hace menos de un mes. El fin de semana hubo denuncias por facilitar comida en mal estado que contrasta con contratos firmados por la anterior gestión provincial para traer comida una vez a la semana desde Rosario – 600 kilómetros –. Servicio tercerizado por el que se paga $ 1.5 millones mensuales sin contar con servicio de mantenimiento y seguridad también tercerizados. Las empresas son de Rosario y cobran cifras millonarias mensuales. La presencia del ministro Parola solo coincidió con diagnósticos periodísticos sin hacer un solo anuncio sobre temas calientes, preocupantes y hasta escandalosos.
El advenimiento de la gestión que acaba de irse usó un tema sensible de la sociedad para lograr el apoyo popular y lo más importante: los votos con los que lograron mayorías incluso en la legislatura provincial. Si bien se le reconoce fuertes inversiones, particularmente, en políticas de atención primaria de salud, no deja de advertirse negocios en el sistema que acompañados de anuncios rimbombantes lejos está de coincidir con el relato oficial. 12 años se esperó para culminar con la inauguración de un hospital de alta complejidad en el norte de Santa Fe. El sueño que nos inspira a ciudadanos de primera del sur con ciudadanos del norte que sigue asociando salud de alta complejidad con traslados ambulatorios y se sigue festejando la entrega de ambulancias a nuestros hospitales regionales. La fuerte pulsión que cobra equilibrar intereses entre la salud privada y la publica arrastra la misma suerte.
Se tuvo que soportar la humillación de inaugurar el hospital de alta complejidad de la ciudad de Reconquista con aparatología prestada y camas que fueron traídas de hospitales del sur de la provincia. Al tiempo de retirarse la prensa y el corso, el edificio volvió a quedar vacio. Solo con la sombra de la mentira y el silencio cómplice de varios estamentos de ESTADO, incluido un gran sector de la prensa regional. La sombra se comió a la luz y la mentira se fagocitó la esperanza y la dignidad.
A poco de sucesos bochornosos, una niña muere por no ser atendida convenientemente dejando en evidencia que el nosocomio no tenía guardias pediátricas. Temas del que más allá de fuertes movilizaciones aún no se pudo resolver. La inocultable connivencia entre la salud pública y los negocios de la salud privada – paciente/cliente – se disfraza con explicaciones infantiles con lo que se sigue entreteniendo a la opinión pública. Las advenedizas explicaciones y respuestas otorgadas por el flamante ministro Parola – Salud – no dice otra cosa. En una conferencia de prensa improvisada en el día lunes fue coincidente con todos los planteos periodísticos con los que fue abordado. No arriesgó un solo anuncio ni condenó estas vergonzosas prácticas que superaron las barreras del escándalo.
Denuncias de pacientes e integrantes de comisiones intestinas del Hospital de alta complejidad respecto de que se estaba repartiendo comida vencida, e incluso, en evidente mal estado, también obligó a desnudar los negocios y negociados que se hereda de la anterior gestión provincial. Tres empresas oriunda de la ciudad de Rosario fueron favorecidas con la adjudicación en prestar el servicio de comida que se cocina en la ciudad de Rosario debiendo ser traslada en camiones térmicos una vez a la semana a Reconquista. Del mismo modo se tercerizó el servicio de mantenimiento y limpieza al igual que el de seguridad. Se deslizó la información que por la comida que se trae de Rosario, la provincia debe pagar $ 1.500.000 mensual, de cuyos dueños no se descarta cercanías o parentesco con algún ex funcionario o legislador del gobierno anterior.
El festival de nombramientos que hoy eleva quejas de varios sectores sindicales de empleados públicos denunciando irregularidades y lo que es peor, insuficiencia de personal, se suma al viejo y vergonzoso negocio que ante la falta de política de salud serias obligan a convivir en el desequilibrio y millonario negocio de la salud privada y la precarización de la salud pública a la que todo el norte está condenado a padecer y financiar.