El Peronismo Y Los Cabildeos Burgueses

Por Huber Cracogna

Hace 20 años que el peronismo de Villa Ocampo no tiene su unidad básica abierta, salvo el alquiler de algún local en épocas de campaña y pugnas electoralistas. El resto del año no existe militancia, no se considera escuchar a nadie y las funciones orgánicas pasan a cuarteles de mudos invernaderos. No se registra en el tiempo político y en décadas intrigas que demanden la proverbial y vergonzosa inacción que caracterizó al PJ Villa Ocampo. Paradójicamente, desde el momento en que la actual Unidad Básica se abre todos los días, se llevan adelante talleres y se escucha a sus afiliados, no hay modo de convencer a su Secretario General de irse a su casa o renunciare ¿…?

Desde el primer día en que Walter Mónaco asumió – por consenso – como Secretario General de la Unidad Básica de la ciudad de Villa Ocampo se tramaron cabildeos, dudas e intrigas sin que nadie explique la razón por la que algún sector considera su presencia una incomodad. Los mismos que reprochan que el partido y su unidad básica nunca sirvió para nada son los que muestran preocupación ante sus puertas permanentemente abiertas habiendo reuniones a toda hora. El mismo sector que calló vergonzosamente ante hechos de corrupción, persecuciones y vandalismo se viste de moralista victoriano y solicita la renuncia orgánica de su secretario General colgado de una nota periodística. Los mismos que aseguran que el partido no sirve para nada, empuñan el sable de la traición dando un golpe orgánico para quedarse con ese partido que ellos aseguran que “no sirve para nada”. Ruindades si los hay, hoy se valen de un artículo periodístico como herramienta y único argumento político para cargarse en la figura orgánica de su máxima autoridad concretando una conducción que no lleva más de 5 meses.

Los mentados planes sociales son financiados por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y distribuidos, por una decisión política de nación, por organizaciones sociales que lideran tres referentes en Capital Federal. Las reglas ante gestiones para lograr los susomentados planes son tan claras como reprochables: si no hay retorno per cápita, no los registran y en caso de no abonar los bajan en forma automática. En Villa Ocampo bajaron 15 planes que debieron pagar retorno a instancia de la creación de una cuenta bancaria donde se depositaba el dinero. Un perito informático puede mostrar en 5 minutos a qué hora se depositó, quién cobra, dónde y a qué hora se produjo la confirmación del retorno. No resulta difícil saber si gente de Ocampo cobró y cobra los retornos y con cuanta plata se quedaba o se queda. La triste y mendas suspicacia queda al margen de cualquier veracidad digital demostrable y pasible de una revisión técnica de la cuenta bancaria. Lo demostrable resultará inapelable.

Sin embargo, una nota periodística que denuncia estas maniobras en tono de reproche moral – conceptos con los que coincido – es utilizada como argumento para pedir la cabeza de Walter Monaco. El mismo periodista denunció varias veces a Gustavo Volkart por sus acciones política como Concejal y jamás se le ocurrió a alguien del partido pedir la renuncia a su banca. La misma suerte se imprime en notas referida a la candidatura de Eduardo Richter que, al tiempo de su publicación, ni por asomo desembocó en una solicitud de renuncia pidiendo la cabeza de ambos dirigentes ¿A quién le conviene que la conducción orgánica del PJ Villa Ocampo esté a merced de cualquier opinión publicada? A los mismos cicateros que no tuvieron empacho en declararlo a Raúl Dubouloy enemigo público número uno (1) del PJ y, hoy se valen de una nota firmada por el periodista citado para generar conmoción y un golpe orgánico desestabilizando una gestión que lleva 5 meses. Una actitud deleznable propia de auténticos miserables.

Sobradas muestras de torpezas por parte de gente poco dotada advierten que no les importa 15 planes sociales y mucho menos los retornos que se pagan para conseguirlos. Dirigentes que nunca hicieron política ni tiene una mínima formación en ese sentido, se han valido de las prerrogativas que la política otorga exigiendo el voto a los pobres; a los mismos que le tienen vedado sentarse en la mesa de decisiones que según su criterio, solo le está reservado a sus privilegios, nombre y honor. Esta misma gente en dos meses le pedirá el voto para renovar su banca de Concejal, sin que nadie pueda reprocharle nada, sin que nadie pueda demandarlos y sin que nadie sueñe o reclame sentarse en su mesa de poder.

14 años de fracasos políticos, reveces inapelables en las urnas y traiciones intestinas dejan como saldo la garantía de que los magros resultados obtenidos seguirán en manos de quienes deben asumir de una vez y sin dilaciones las responsabilidades que les cabe en una década pletórica de fracasos.

Un peronismo que sobrevive a tilinguerías, sin conducción, sin estrategias, sin discurso, sin liderazgo considera una verdadera amenaza tener su Unidad Básica abierta al igual que una organización partidaria política en cierne.