El anuncio del gobernador concierne a 70 productores de esa zona que serán asistidos con semilla certificada y combustible. En todo el Chaco son 955 los que se registraron en la Subsecretaría de Algodón, señala Omar Farana.
El Plan Algodonero provincial arrancó en Castelli, pese a que sólo llegaron 27 de los 61 millones de pesos (ya escasos) del Fondo Algodonero Nacional para el Chaco. «Este es un plan que se viene implementando desde el primer día de gestión del gobernador Domingo Peppo, y la presentación se hace todos los años», describió el subsecretario de Algodón, Omar Farana. En este caso, fecha y lugar coincidieron con el inicio de la siembra del textil.
A nivel provincial, el funcionario precisó que serán 955 los productores algodoneros que serán asistidos por el programa con la entrega de semillas y combustible. Y en Castelli, lugar del lanzamiento del plan ayer, hay alrededor de 70.
En ese sentido, Farana reveló que, por un acuerdo de financiamiento con Gensus, se entregará semilla transgénica certificada. Así, señaló que se entregarán 20.000 bolsas de primera multiplicación, que vienen de Córdoba; y 450 mil litros de combustible.
«Los fondos nacionales, que oscilan en 61 millones de pesos, están llegando parcialmente. Ayer (por el miércoles), ingresaron 27 millones y el resto vamos a tener que seguir esperando», trazó en declaraciones a radio Universidad. Al respecto, advirtió que en los últimos años, la provincia sufrió «una quita de 15 millones de pesos, más allá de hacer los deberes como corresponde». «Fuimos castigados con la quita del presupuesto, que luego recae con menos insumos para esa franja de productores», acotó y dijo que una política nacional para el algodón es una gran deuda pendiente.
Sobre la asistencia, puntualizó: «Estamos hablando de una bolsa que tiene 30 kilos y alcanza para sembrar una hectárea o una hectárea y media, con un costo de 8500 pesos». Además, recordó que la provincia es multiplicadora de la semilla producida en Córdoba por Gensus. «Eso nos permite achicar costos y dentro de las 20 mil bolsas a entregar, entre 8000 y 9000 bolsas son de producción propia», explicó.
Luego, Farana recordó que hay cuatro provincias que tienen convenios con el INTA. «Del Fondo Algodonero hay un porcentaje que se envía para investigaciones. El año pasado el Estado nacional nos cuestionó ese desvío de fondos, fundamentando que el INTA tenía presupuesto propio», comentó.
En el camino
En otro punto, advirtió que «muchos productores quedarán en el camino más allá de todo el esfuerzo que hizo el gobierno de la provincia con deudas condonadas el año pasado y con el nuevo proyecto que se presentó en estos días». «Las pérdidas fueron muy grandes y a un productor pequeño a mediano le cuesta recuperarse», acotó.
Destacó que pese a un escenario no del todo favorable, en la campaña 17/18 se superaron los rindes de 1500 kilos, pasando a 2200 por las buenas condiciones climáticas. Tuvimos excelente calidad de fibra y muchos productores salieron de la deuda y pudieron reacomodarse», ponderó. Distinto fue el panorama en la campaña 18/19, con la mayoría de productores que sembraron entre noviembre y diciembre, sufriendo así las consecuencias de la emergencia hídrica, que los obligaron a cosechar hasta pasada la mitad de este año.
Para la actual campaña, Farana reveló que se estima un área de siembra en el Chaco de 180 mil a 200 mil hectáreas. «De ese total, estamos cubriendo 70 mil hectáreas con semillas y combustibles, cuando históricamente no se habían superado las 50 mil hectáreas en acompañamiento a esa franja de productores», subrayó.
Cuellos de botella
Omar Farana señaló que el cultivo algodonero tiene «dos cuellos de botella» que esta gestión no logró solucionar: la comercialización de algodón, con el pago de la deuda del sector cooperativo, a la que faltó «una decisión política del gobierno nacional para condonar la deuda», indicó y lamentó la falta de acompañamiento de legisladores; y la cuestión sanitaria que en 4 años tuvo la total ausencia del Senasa. «Habían comprometido crear entes sanitarios con financiamiento propio, elaboramos los proyectos pero no pasó nada», comentó.
En ese escenario, el funcionario advirtió que en esta campaña el picudo «será un problema importante porque hay mucho rastrojo parado».
La crisis de la Cooperativa Toba
Como uno de los socios más antiguos de la Cooperativa Toba, Omar Farana se refirió a la crisis que atraviesa la institución de General San Martín. Luego de recordar que su abuelo fue uno de los fundadores, el subsecretario reveló que tiene 1000 usuarios de electrificación rural, de los cuales el 90% no son socios. «Habría que modificar el estatuto pero además es necesaria la presencia activa del Estado. El productor es productor y vuelca la confianza en el gerente o dirigente de turno, pero no existe allí un Estado que fiscalice», trazó.
Dijo a la vez que, dado el avance en esa zona de la ganadería mixta, la cooperativa podría diversificar rubros y no ser eminentemente algodonera, ya que por sostener esa única actividad lleva 5 años sin desmotar algodón.
«En esa zona hay 500 hectáreas de productores algodoneros que hacen semillas y llevan a desmotar en la cooperativa de Quitilipi. Es una paradoja porque en esa localidad hay 60 productores que comercializan su producción en empresas privadas», comentó, y lamentó la pérdida de confianza del productor con el dirigente cooperativista. «Falta una decisión política fuerte donde los funcionarios se pongan los pantalones largos, con una participación activa donde se controle», enfatizó.
Federación Agraria: otra vez sin director de distrito
Omar Farana lamentó, como productor y socio de la Federación Agraria Argentina, que por segundo año consecutivo el Chaco no tenga un director en este distrito. «Obedece a la no participación de los productores», señaló.