Le tomaron muestra de ADN al 15 por ciento de la población. Es parte de la investigación por el secuestro, violación y descuartizamiento de Mario Agustìn Salto, cometido en 2016.
El brutal crimen de un nene de 11 años en Quimilí, un pueblo de Santiago del Estero, ocurrido en 2016 sigue sin resolverse. La herida todavía está abierta en esta pequeña localidad, de alrededor de 20 mil habitantes, donde más de 3 mil se convirtieron en virtuales sospechosos.
El hecho ocurrió el 31 de mayo de 2016 cuando el pequeño Mario Agustín Salto salió en su bici a pescar a una laguna. Pero en el camino lo secuestraron, violaron y descuartizaron.
Esta semana, los investigadores terminaron de recolectar las 3.003 muestras de ADN que le hicieron a hombres que viven en ese pueblo, ubicado a 200 kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero.
La medida para practicarle un hisopado al 15 por ciento de la población de esa localidad fue requerida por la fiscal Olga Gay de Castellano y dictada por la jueza Rosa Falco de Ranieri.
El objetivo es comparar con el patrón genético encontrado en el cuerpo y las ropas del niño de 11 años asesinado, en un caso aún sin resolver.
Para tomar las muestras trabajaron 40 gendarmes y policías de Santiago del Estero durante 30 días, según informó el diario El Liberal .
Los perfiles genéticos fueron recolectados de adolescentes y adultos de 36 barrios de la localidad ubicada en el departamento de Mariano Moreno.
El caso
“Marito” fue visto por última vez cuando iba a pescar en bici. El 2 de junio de 2016, 48 horas después de su desaparición, su cuerpo fue hallado en once bolsas de residuos a unos seis kilómetros de la laguna de Quimilí. Ese fue uno de los problemas de la investigación. Según los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el nene fue violado y, tras ser colgado con un alambre, fue descuartizado.
Para la Justicia, el abuso y homicidio ocurrió en una casa que fue señalada por los perros de la Unidad K9 de la Policía de San Luis y Río Negro. Una vez en la vivienda, los canes fueron directamente a la parte posterior, donde había algo parecido a a un altar. También se secuestró un Fiat Palio negro, en el que pudieron haber trasladado al nene tras su secuestro.
En ese mismo operativo fueron detenidos los sospechosos. “Fue asesinado durante un ritual satánico”, dijo la jueza Falco de Ranieri aquella vez. Los acusados, entre ellos la directora de una escuela, fueron imputados por “violación seguida de muerte”..
Se trata de Miguel Angel Jiménez (58), alias “El Brujo”; su hijo Miguel Angel (23), su esposa, Arminda Lucrecia Díaz (57), máxima autoridad de la Escuela 1214 y docente del Profesorado Secundario para Adultos; el hijo de la mujer, Alfredo Daniel Albarracín (22); y Pablo Ramírez (38), alias “El Loco”, todos con residencia en Quimilí.
El ex jefe de Policía de Quimilí tambiés está preso por el asesinado. En abril de este año, el comisario Walter Céliz fue detenido por pedido de la fiscal del caso, acusado de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes públicos.
El abogado defensor de “El Brujo” Jiménez (58), Hugo Frola, consideró que “no existen pruebas en contra del acusado” y cuestionó los procedimientos con perros adiestrados que derivaron en la detención de su cliente, quien tiempo atrás fue sometido a una compleja operación al corazón.
En la causa también permanecen detenidas otras cuatro personas: Rodolfo “Rody” Sequeira (45), acusado del secuestro del niño; Ramón “Burra” Rodríguez (59); David Tomás Sosa (23), quien inicialmente declaró como un testigo de identidad reservada, y Alfredo Daniel Albarracín (22).
Los investigadores sospechan que “El Brujo” Jiménez -quien era un asiduo participante en las marchas en reclamo de justicia por el crimen del niño y tenía relación directa con funcionarios, jueces y policías- planeó el homicidio.
Por su parte, familiares de “Marito” anunciaron que la próxima semana se realizará la marcha 122 en reclamo de justicia. Será encabezada por el padre de la víctima, el peón rural Mario Salto, y tendrá lugar la plaza principal de la capital santiagueña.