El Rebrote Espasmódicos De Los Debates Y El No Morir En El Intento

Dejen que actúe el sentido común…

Es difícil, muy difícil comprender por qué los debates de alto impacto de candidatos se han instaurados en las últimas décadas siendo, según dudosas mediciones, consumido por un gran numero de televidentes. Es difícil advertir interés por parte de la sociedad sobre los debates legislativos del congreso de nación y aun de provincia, siendo televisados y transmitidos por streaming en directo; estos generan en la sociedad toda un total y absoluto desinterés. Si hablamos de debates, las Cámaras legislativas son en la palabra e ideas y argumentaciones un foros de debates por definición y excelencia. En la sociedad, reitero, jamás provocó un interés más allá del 3 % de la sociedad. Dudo que un debate de candidato en plena campaña genere mayor interés que extensas exposiciones multicomponentes en la Legislatura.

La TV norteamericana instauró los debates como coloquio de ideas en la cual, la suerte de un candidato se decidía en esa hora televisiva y transmitida en cadena. Lo cierto es que en EEUU el voto no es obligatorio, el desinterés por la política es proverbial y el modelo de su país ni siquiera se decide en los poderes políticos o foros de poderes democráticos: tres grupos económicos deciden su suerte y verdad: armamentista, petroleros y colonialista. Un debate puede instaurar un Muñeco De Torta En El Poder, que nada cambiará para los americanos, sus empresas y políticas. Un debate, más allá del circo banal, no cambia en absoluto su historia y presente.

De hecho, la colonización cultural en nuestro país y zona no ha sido ajena y su triste permeabilidad hace grandes esfuerzos por comprar el banal producto mediático tras lo cual el espeluznante show, al menos, garantizará rating para los dueños del circo. Los destinos de un país, en realidad, al irresponsable show le importa muy poco. La globalización pinto el planeta y sus acequias con la peor cal.

Villa Ocampo está a horas de su espectacular debate de candidatos a intendentes. Ambos en campaña cuya única finalidad en este tramo de campaña esta orientado, como férreo y desesperante objetivo, a convencer gente y capturar el mayor numero de votos posibles conforme a consagrarse el nuevo líder de una hegemonía política en cierne. Me temo que los ánimos íntimos de los contrincantes esté atravesada por la valentía de su sinceridad y la grandeza existencial de sus respectivas noblezas ¿Qué les dirán a sus respectivos electorados a instancia de sus miradas y objetivos? ¿Quién se animará a profundizar adelantando posibles y necesarios cambios – palabra recurrente de la década – destinados a mejorar la calidad de vida de distintos sectores?, al tiempo que una ofensa o amenaza le costaría la sumatoria de votos que, precisamente, está intentando captar ¡Suena ridículo! ¿Verdad?

Si no sería trágico, sería un mal chiste. Y lo triste es que lo es…

Estructuras de su desarrollo conforme al tiempo establecido, permiten a cada candidato no mas de tres minutos de tiempo para desarrollar una idea sobre temas harto complejos y sensibles como lo es La Obra Pública y donde invertirla y con qué criterio; La Amplitud De Lo Que Se Considera SOCIAL, Salud Y Educación ¿Qué cabe en tres minutos si no una burda simplificación cuya oratoria soslaya a expresarla con cliché y frases huecas?, elegidas especialmente, en aquellas sin mucho sentido. Dejen que actúe el sentido común…tal concepto sugiere que el sol es un redondo de 15 centímetros que gira alrededor de la tierra, y que esta es absolutamente plana. Dejen que actúe el sentido común.

Tres minutos y medio para explicar complejidades tales como Salud, Educación, Obra Pública, Rol Del Estado, sumado a teorías Neoliberales, Keinnesianas y, ahora, La Nueva Escuela De Austria. Tres minutos… ¿Conozco un modo más trivial y baladí de insultar a la complejidad y al pensamiento agudo? No.

A los que nos invita el debate de candidatos, no resulta una forma o manera de mejorar nuestro sistema político ni formas mejores y más eficaces de elegir nuevas autoridades. Simplemente, accederemos a medir niveles de perversa colonización, exotismo ingenuo y válida estupidez convertida en show desde cuyas vidrieras se le atribuirá el papel de payaso a las próximas autoridades a las que se le deberá pagar su noble salario y abultados haberes.

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