El Rey Desnudo. Y Los Cortesanos En Fiestas Negras

Solo dos caminos: el correcto y el atajo. Solo dos alternativas: del estado o las reglas del poder factico.

El Rey Desnudo. Y Los Cortesanos En Fiestas NegrasDesde tiempos del paduanismo se instauró un modelo de poder pensado en las reglas demandadas y adscriptas al poder factico. Un estado que se limitó y con jactancia, solo en mantener limpios los espacios públicos, multiplicar cuadras de asfalto con luces y otorgar el mayor poder al ejido centro, sus instituciones y mentores regentes de servicios privados y públicos. Ante fuerte reclamos que pusieron en vilo al poder, algunas obras urbanísticas destinadas a los barrios, surgieron.

Un centro con poder financiero y de fuego, se equilibró con algunas obras ejecutadas en barrios populosos. Jamás, sus vecinos, no obstante advirtieron que sus voces serán escuchadas ni participarán del festín de los dioses, aunque sus hijos y abuelos mueran por desidia o negacionismo.

La injusta circunstancia en la que muere un BB de clase baja – pobre – y beligerantes reclamos de familiares y vecinos cuyas reacciones desnudaron la vulnerabilidad de un SISTEMA que ni por asomo o sospecha, incluía resortes destinados a protegerlos habría de otorgar respuestas a la altura de una fatal desgracia, aunque previsible. Las horas transcurren y lejos de ser atacado por el olvido, marcan el compas vertiginoso del tiempo que aventa con mayor rigor la tensiones y demandas. Los reclamos comienzan a institucionalizarse y el poder político responde con esfuerzos denodados e inútiles por pasar página y echar todo al olvido. Los infructuosos arrestos resultan irrazonables y dejan al desnudo carencias e impericia.

Mientras se sucede una campaña electoral pobre y estéril,  discursos pronunciados en un páramo se apagaron junto a un silencio de dirigentes que habla en tono de corrosivo susurro; su inocultable incompetencia, ineptitud y miedo los ubicó a todos en el único lugar pasible y merecido. Las estrategias de campaña, compra de dirigentes, alquileres de punteros y cargos a repartir, fueron reemplazados por una realidad que se comió el falso tablero y sin previo aviso.

Quedan solo dos caminos: el de la integridad asumiendo el riesgo dispuesto a pagar el costo que se deba. El otro, es el perenne y eterno atajo que nos trajo hasta aquí.