No hubo autocrítica respecto a por qué no se cambió el trayecto sabiendo que horas antes las autoridades habían entrado en cortocircuito con la barra brava millonaria; Los entretelones
El ataque al micro de Boca: la piedra del escándalo.
Tras las críticas que recibió su gobierno por la suspensión de la final entre River y Boca, Mauricio Macri sorprendió ayer e irrumpió en una conferencia de prensa para apuntar contra los barras por su responsabilidad en el ataque al micro xeneixe y criticó a la justicia porteña por liberar a los detenidos por los incidentes: “En nombre de todos los argentinos: No entiendo, no entiendo!”, cuestionó en tono elevado y anticipó que volverán a enviar al parlamento el proyecto para endurecer los delitos de los hinchas violentos para que sea debatido en las sesiones extraordinarias de diciembre.
Con la voz ronca, acaso por haber tenido discusiones durante el fin de semana del bochorno, Macri intentó desviar la atención de las críticas al operativo policial. Sin embargo, en privado Macri culpa de lo sucedido al deficiente procedimiento que dispuso la Ciudad que obligó al micro que trasladaba a los jugadores xeneixes a toparse con la hinchada de River. “Fue lamentable”, se sinceró una fuente gubernamental consultada pasado el mediodía. Al atardecer, se constató el malestar y las acusaciones cruzadas entre Nación y el gobierno porteño: renunció el ministro de Seguridad local Martín Ocampo, de viejos enconos con Patricia Bullrich por no adscribir a “la mano dura” con los piqueteros, por caso.
Desde el domingo en la Ciudad aseguraban que hay en marcha una investigación interna en curso para dilucidar qué fallo en el “anillo 3” dispuesto en las inmediaciones del Monumental pero aducen que el recorrido del ómnibus castigado por los piedrazos “es el mismo que siempre hacen los equipos visitantes”. Ergo, no hubo autocrítica respecto a porqué no se cambió el trayecto sabiendo que horas antes las autoridades habían entrado en cortocircuito con la barrabrava millonaria. Este aspecto, aunque Macri ayer eligió correr el eje de la discusión, molestó y mucho en la Casa Rosada.
El papelón por la suspensión de la final de la Copa Libertadores fue el principal tema en la reunión de Gabinete que se llevó a cabo por la mañana en el Salón de los Científicos. Al terminar el cónclave, se iba a llevar a cabo la ya clásica rueda de prensa de dos de los ministros presentes, en este caso Germán Garavano (Justicia) y Bullrich (Seguridad). Pero con los funcionarios sentados en el Salón Norte, irrumpió Macri para hacer una declaración de 11 minutos sin aceptar preguntas. Como había ocurrido con otros temas sensibles, como la última suba en la medición de la pobreza, el presidente eligió esta vía de comunicación. “Se decidió en gabinete, no hubo nada preparado. Acá preocupa mucho la violencia, no podemos normalizar eso”, argumentó un calificado vocero gubernamental consultado.
Lo cierto es que Macri arrancó su alocución diciendo que “más allá de los operativos policiales, no puedo resignarme como presidente que para organizar un espectáculo deportivo haya que militarizar la Ciudad. No es lo razonable, no debía ser nada distinto a la maravillosa experiencia de los Juegos Olímpicos de la Juventud. A pesar de la violencia espantosa, veíamos a familias enteras de River. Esto es lo que debía ser”, indicó. Esa particular comparación con la organización de los JJOO de la juventud fue utilizada por otros funcionarios. No pareciera ser el mismo caso que la organización de un superclásico que definía una Copa cuya expectativa iba in crescendo desde hacía semanas cimentada por las distintas usinas del mundo fútbol.
El jefe de estado repartió críticas no sólo para los jueces y fiscales: “Hay una parte de la dirigencia que apaña estas cosas”, disparó refiriéndose a la impunidad con la que gozan los barras. Habría que ver si ha investigado lo que sucede en Boca donde manda su amigo Daniel Angelici. En River ayer hubo un allanamiento al encontrarse cientos de entradas en la casa del líder de la barra, apodado “Caverna”, de lo que nada dijo el titular millonario Rodolfo Donofrio.
Con todo, Macri cuestionó la liberación de los 23 detenidos por los incidentes del sábado que habían sido acusados sólo por una contravención. Por eso recordó el proyecto impulsado por el oficialismo para endurecer las penas a los violentos del fútbol y así tipificar sus acciones como delitos. Por eso instó a “todos a ir a fondo y que no quede en la anécdota” lo sucedido y por ello incluirá la iniciativa en las sesiones extraordinarias de diciembre del Congreso.