ESI Sí: Paremos La Ideología Del Odio

El Subsecretario de Políticas de Diversidad Sexual hace pública su opinión sobre el debate nacional en relación a la aplicación de la ley de Educación Sexual Integral y desmiente la existencia de una pretendida «Ideología de Género». Implementar la ley ESI en plenitud, en todo el país y las instituciones educativas es fundamental para promover infancias y adolescencias felices y libres de discriminación, violencia y prejuicio.

En los últimos tiempos asistimos en toda la región a una impactante embestida de grupos conservadores que, bajo el lema «Con mis hijos no te metas», impulsan una fuerte campaña de desinformación y miedo que tiene por objetivo restringir diversos avances en materia de sexualidad, igualdad de género y derechos humanos que hemos conquistado tras décadas de lucha.

La visibilidad de los colectivos LGBTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) y la Educación Sexual Integral (ESI), aprobada por ley en nuestro país desde el año 2006, son dos de los principales focos de esta embestida que no solo se da en Argentina, sino se articula a nivel de toda América Latina.

En ese sentido es usual escuchar ideas disparatadas como que con la ESI «los padres pierden la patria potestad de sus hijos», o que sus contenidos «enseñan a niños de 5 años a masturbarse».

En algunos casos estos mensajes avanzan contra los colectivos sociales directamente: «Un tipo disfrazado puede creerse mujer, pero nunca lo será realmente», «las lesbianas infunden a sus hijos el odio hacia los hombres» o «el matrimonio igualitario no existe, es solo una ficción jurídica» son algunas de las consignas que se escuchan en las declaraciones de las y los referentes de este movimiento reaccionario que preocupantemente cobra cada vez más visibilidad.

Escudados en la lucha contra una supuesta «ideología de género», que solo existe como concepto en el imaginario cristiano, difunden discursos discriminatorios y violentos, destinados a desinformar, manipular datos y que terminan promoviendo la animadversión social hacia los colectivos de la diversidad sexual y los colectivos feministas.

En muchos casos llegan incluso a negar la propia existencia de las, los y les otres, menoscabando el respeto a la propia dignidad humana y desconociendo el marco jurídico vigente en nuestro país.

Esos discursos constituyen sin duda una «ideología de odio» que debemos detener urgentemente, porque pone en riesgo la esencia misma de la democracia: el respeto, la protección y la valoración de las diversidades, y la promoción de derechos destinados a brindar iguales oportunidades a los colectivos vulnerados.

La ESI no es el derecho de los padres o las madres a educar a sus hijas e hijos. La ESI es un derecho de esos niños y niñas a recibir información adecuada, de base científica, en el marco de los derechos humanos y los derechos sexuales de las personas.

Son las niñas y niños quienes tiene el derecho a recibir una Educación Sexual Integral que les permita ejercer con libertad y responsabilidad su vida sexual, independientemente de su orientación sexual, identidad o expresión de género.

Tampoco la ESI es un tema exclusivamente de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex o personas queer. Ni se restringe a abordar los métodos anticonceptivos o el aborto. ¡ESI es un tema de todes!

ESI es igualdad, es el derecho a recibir información correcta, con rigor científico y que eduque en el respeto a la diversidad, en el ejercicio pleno de una sexualidad para el placer, en el cuidado del propio cuerpo, en la prevención de la violencia y el abuso sexual infantil. ESI es un deber indelegable que el Estado asume en todos los niveles y las modalidades educativas.

Desde ya que madres, padres o tutores pueden educar a sus hijes en los valores en los cuales crean, pero así como nadie les preguntaría en qué ideario matemáticas, literatura o historia, tampoco corresponde validar con elles el enfoque de derechos humanos en la enseñanza de los aspectos de la sexualidad.

¿A alguien se le ocurriría consultar a padres, madres o tutores sobre qué piezas literarias leer en clases? ¿Alguna persona cree opinables los contenidos de álgebra o geografía? ¿Por qué deberíamos consultar antes de enseñar a las niñas, niños y niñes sobre el respeto a la otra o el otro, a la convivencia, a la inclusión o la no discriminación?

En momentos en que algunos sectores pretenden retroceder, es tiempo de no dar ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso. Es tiempo de profundizar los avances, de defender los derechos conquistados, de organización y lucha para lograr todo lo que aún nos falta.

Porque en la correcta implementación de la Educación Sexual Integral, en el fortalecimiento del perfil laico de la educación, en la apertura de espacios abiertos e inclusivos a la diversidad, nos jugamos la posibilidad de construir una sociedad verdaderamente igualitaria, libre de prejuicios y violencias.

Sin dudas hemos avanzado enormemente. Pero ha sido un avance sobre el dolor, sobre la discriminación y sobre la vivencia del odio en el propio cuerpo. Avanzar y conquistar todo lo que falta hará que ese largo y difícil camino recorrido, que ese enorme esfuerzo realizado valga la pena.

Paremos la ideología del odio: la sociedad del arco iris que queremos construir nos lo demanda urgentemente.