El actual Concejal del radicalismo ocampense y posible precandidato a intendente dentro del Frente Progresista Cívico y Social, fiel a su estilo, volvió a expresar sus disidentes diferencia con el modelo Paduán al acusar de que «no se busca un candidato ni un políticos”, sino, “gerentes manejables”. Señaló además que en el 2017 se perdió la campaña por las divisiones que sufrió la UCR recordando que “es el ejemplo de lo que no debe hacerse en política”. “Alguien tendrá que ceder en estas pujas en rigor de lograr una unidad. Deberé ser yo, deberá ser Paduan”, afirmó el Edil.
Gustavo Mana, ex secretario de Obra Pública de la gestión Paduan, actual concejal y ex presidente del cuerpo deliberativo de Villa Ocampo, no dejó de marcar sus disidencias para con la actual gestión del paduanismo adjudicándole errores estratégicos electorales que obligan a enfrentar un cuello de botella en la que el resultado del Frente en Villa Ocampo, de persistir ese ideario, tendrá muy pocas posibilidades de recuperarse del golpe electoral sufrido a manos de un justicialismo que lo superó en la diferencia de 11 puntos porcentuales en el 2017. Los resultados equipararon las fuerzas en el concejo y otros errores permitieron que al final de 2018 el paduanismo perdiera el control del cuerpo deliberativo local. El justicialismo tiene la paridad de las fuerzas sumado al voto doble que le otorga sustanciales ventajas en la tiranía de los números.
Quienes suponen que el modelo de esta gestión es perfectible y permitirá sobrevivir algunos años más, pero que debe resolver un gran problema al que se enfrenta decididamente: el desgaste de Paduan generó tantas divisiones dentro del frente que pensar en una unidad hoy con Paduan de Candidato resulta una lejana utopía en la que se corre a contra reloj, los tiempos se agotan y las acusaciones y reclamos no logran destrabar algunas de las condiciones que se exigen conforme a lograr una posible y lejana unidad frentista. Salvar el Frente Progresista sin Paduan parecería la única fórmula amalgamada por las distintas corrientes que permitiría una posible convivencia de fuerzas que junten fortalezas destinadas torcer un resultado que a la luz de las percepciones, sería inevitablemente fatal.
Mana no solo registra esa percepción generalizada, sino que a la resistencia del paduanismo la acusa de estar buscando gerentes para salvar las ropas intentando imponer y armar candidatos emergentes al solo interés de no perder el poder de decisiones al seguir tras las sombras o a control remoto. “Hay gente les gusta la idea de poner a alguien a quien manejarlo respondiendo a intereses que no son los de la gente, ni siquiera, los de la política”, disparó.
“Se puede promocionar un candidato para ganar una campaña y se puede garantizar el proceso de un proyecto acompañado de gente solvente en lo conceptual, solido en lo intelectual y hábil en lo político, en el peor de los casos; lo que no se puede hacer es inventar un candidato poniendo una marioneta en la municipalidad como sospechamos que está pasando o es lo que intentan. No se puede inventar un candidato y sacarlo de la galera. Nadie quiere eso”, denunció Mana en un medio radial de la localidad.
Al compás en que las diferencias existentes ya pasan a ser argumentos político en medios radiales y gráficos del medio, las intrigas partidarias e idas y vueltas que se suman a dimes y diretes que pueblan los pasillos y corrillos electoralistas en todos los órdenes y en todos los partidos y en todos los frentes, las definiciones son aún algo que queda tan lejos como el cercano 22 de febrero. En este año electoralista y en su previa nadie se privó de nada. E incluso, de pedir bajar a candidatos y solicitar dar pasos al costado en rigor de una posible unidad, renovaciones de bríos y oxigenación de desgastes inocultables, hasta la presentación de candidaturas inexistentes instaladas en medios de comunicación como fatídicos instrumento electoralistas de convencimiento masivo.
Las disputas son ásperas y decididas. Las acusaciones son bastas y hasta provocativas. Mana no se privó de pronunciar lo que un gran sector oficialista viene pidiendo desde los resultados electorales de 2017: “Alguien tendrá que dar un paso al costado. Alguien tendrá que desistir de su candidatura para lograr una única unidad que nos permita recuperarnos de los espacios y fuerzas que hemos perdido”, enfatizó.