Una enfermera del hospital central de la ciudad de Reconquista identificada como Antonela Arma, denunció en DD/Datos Duros, que el martes pasado cumpliendo con su guarida fue insultada y agredida físicamente por la madre de una paciente. “No son hechos aislados, esto es permanente”, acuso Arma.
En un inpás que espera el nombramiento formal del nuevo director del hospital central de la ciudad de Reconquista que atento a un consenso de médicos de la región, será nombrado el Dr. Juan Nardín, surge la denuncia de una enfermera quién no solo advirtió ser agredida en pasillos del nosocomio, sino que amplió su aseveración al sostener que las agresiones son cotidiana y reiteradas.
Antonela Arma, enfermera destinada a menesteres de exigencia de guardias hospitalarias sostuvo en DD/Datos Duros el martes habían anotado a una menos de edad – 14 – por una reacción alérgica que atento a ser observada como paciente no urgente, genero la molestia inmediata de la madre que en pocos minutos del insulto a viva voz pasó a la agresión física. El cuadro dantesco debió ser abordado por personal de seguridad que debió intervenir conforme a separar a la agresora que, al ser reducida e identificada, fue retirada del nosocomio regional por la fuerza.
Hecho que pudo haber transcendido por su carácter violento, sin embargo, cobro importancia en medios de comunicación de toda la región al escuchar a la enfermera, Armas, ampliar su relato sosteniendo que las agresiones, al menos verbales, “son cotidiana y reiteradas”. “Uno entiende que la gente esta pasando por momento difíciles, pero recibimos agresiones permanentes con la amenaza de estar al borde siempre de ser objeto de agresión física. El hospital esta desbordado y necesitamos que las autoridades ordenen esto. No se puede seguir así; es mucho lo que se soporta”, resaltó.
Según trascendió, cuerpo de directivos en forma conjunta con el gremio de trabajadores pretenden establecer nuevos protocolos y ampliar la seguridad destinado a proteger la integridad del personal y prevenir situaciones que resultan incómodas, e incluso, lacerantes para el personal que está al frente en pasillos de las distintas guardias cumpliendo con la responsabilidad de atender a pacientes.