Junto a un seleccionado de notables músicos, repasó varios de los clásicos que erigieron al grupo en uno de los máximos exponentes del género. El show se registró para la futura edición de un CD y un documental.
Tarda en llegar y al final hay recompensa… La noche del jueves La Mississippi hizo realidad los versos que escribió Gustavo Cerati para su canción “Zona de promesas”. Después de una larga carrera de 30 años, la gran banda argentina de blues celebró sus tres décadas con la música en el mítico escenario del estadio Luna Park.
“Este es un festejo para ustedes de parte de una banda que la viene remando hace 30 años”, dijo a modo de introducción Ricardo Tapia, cantante, compositor y líder del grupo que allá por los ‘90 integró un terceto de lujo para el género (junto a Pappo’s Blues y a Memphis, la Blusera) y que hoy permanece inalterable y como máximo referente de la música negra en el país.
Curiosamente la banda que hoy forma junto a Gustavo Ginoi, en guitarra y coros; Claudio Cannavo, en bajo y coros, Juan Carlos Tordó, en batería (miembros originales) y Gastón Picazo; en teclados, nunca había tocado en el templo de Avenida Corrientes y Bouchard.
Después de haber transitado por los principales teatros porteños, de haber llenado infinidad de veces La Trastienda, de recorrer el país de punta a punta y de haber llevado nuestro blues al exterior, al fin La Mississippi se dio el gusto de “hacer un Luna”. Y todo salió perfecto, como lo deben haber soñado sus miembros desde que Tapia compuso “Reserva Especial”, la canción que dio título al espectáculo y que reseña el presente de la banda con aquella frase de “Lo bueno lleva tiempo; lo difícil es saber esperar; y yo, esperé este momento; como un buen vino en la oscuridad”.
Y el momento no pudo ser mejor. Con un seleccionado de invitados especiales que incluyó ex miembros de la banda (los saxofonistas Eduardo Introcaso y Marcelo Yeyati y el tecladista Chucky de Ipola, entre otros integrantes de lo que el grupo define como “la familia Mississippi”); músicos “del palo” como los guitarristas Miguel “Botafogo” Vilanova y Daniel Raffo más el regreso de Las Blacanblus; artistas amigos como Willy Quiroga, Claudio “Tano” Marciello, Mariano Martínez, Facundo Soto y Piti Fernández y hasta la presencia de lujo de Valeria Lynch, las casi tres horas de show redondearon un festejo imborrable y de un altísimo nivel profesional que por suerte en poco tiempo se podrá revivir ya que fue grabado y filmado para la futura edición de un CD y un documental que recorrerá no solo el show sino los 30 años de la banda.
La actuación del payador (si, un payador) Emanuel Gabotto abrió la noche. Con su improvisación, el artista nacido en Dolores fue contando la historia del grupo desde sus inicios en Florencio Varela y cerró sus versos ubicando a La Mississippi “al costado de Eric Clapton y al lado de B.B.King”. Las 31 canciones que sonaron recorrieron buena parte de los clásicos que el grupo cosechó en sus catorce discos de estudio pero también hubo tiempo para versionar viejas gemas del rock nacional, algunas que integran su disco Inoxidables (2015), donde tributaron a varios exponentes del rock de acá.
Con “Niño Bien”, aquel tema incluido en su cuarto disco Cara y Ceca (1997), abrió la extensa noche que fue aumentando en intensidad a medida que comenzaron a sonar hits como “Matadero”, “Mi capital” y “San Cayetano”, éste con Chuky de Ipola en teclados. El ingreso de Willy Quiroga (“Cuando el maestro canta, uno de calla”, sentenció Tapia) fue la antesala de uno de los altos momentos que tuvo el show con una estupenda versión de “Azucar amargo”, el clásico de Vox Dei. De Inoxidables, sonaron “Pato trabaja en una carnicería”, de Moris; “Post Crucifixión”, de Pescado Rabioso (“la canción de Spinetta está entre las dos o tres mejores del rock argentino”, afirmó Tapia) pero también tributaron al movimiento con dos versiones de Pappo’s Blues: una explosiva relectura de “Gato de la calle negra” – junto a Vilanova- y “Desconfío”, junto a Valeria Lynch (“El tema lo eligió ella”, contó Tapia), en otro de los mejores momentos de la fiesta.
Junto a Las Blacanblus recrearon “Same Old Blues”, canción incluida en el disco debut Mbugi (1993) y que La Mississippi grabó junto al entonces cuarteto femenino y “My Babe”, del álbum debut de LB Cuatro mujeres y un maldito piano. Daniel Raffo sumó su guitarra blusera en “Caledonia”, temazo de B.B.King y que La Mississippi registró en su disco Classic (1990); Mariano Martínez, de Attaque 77 subió para “Un día feliz” y para “Desconfío” y el tano Marciello (“La mano derecha más rápida del Oeste” según Tapia) para “Ermitaño”, del álbum Búfalo (2011).
El final llegó con una seguidilla de hitazos como “Un poco más”, “Blues del equipaje”, “Reserva especial” (ambos junto a Piti, de Las Pastillas del abuelo); “Ahora vengo” (con Soto, de Guasones), “El detalle”, “Café Madrid” y una inolvidable versión de “Un trago para ver mejor” con casi todos los invitados (sólo falto Lynch) en el escenario. Un cierre perfecto que sumó dos bises (“Blues de Santa Fe” y “Mala transa”) para que el primer Luna Park de La Mississippi quede en la historia. Tardó en llegar pero la recompensa valió la espera.