Aun con ecos lejanos de un mal debate de campaña, la defensa de la educación pública sigue siendo tapado por cruentos intereses que impone su razón desde la hegemonía del poder y ante los carneros que diseñan su propio bozal con el que explican su acomodatiza situación. Están en todos lados, pero no molestan a nadie. Su presencia no proyecta sombra y para mejor decir, jamás tocan intereses que no le son propio y, lo que es peor, tampoco defienden el suyo con dignidad y resolución.
El brutal ataque a la educación pública que impuso Milei no es nuevo ni caprichoso. Poderes fácticos que aggiornan intereses ancestrales de la única casta existente: el conservadurismo y el poder fáctico, ha tenido en mente y por generaciones la idea de que la educación, en especial la universitaria, esté reservada a una elite cuyo abono de privilegios no solo sea pagado por la prole, sino que, la reserva excluyente de acceso jamás sea participada al pueblo.
Villa Ocampo y mal que nos pese, ha sabido sostener un feudo educativo que resiste a los embates populares y sigue fuerte en la decisión de preservar privilegios ya conseguidos. Villa Ocampo es la única localidad del norte provincial que no quiso abrirse a la alternativa que ofrece la UNCAUS – universidades virtuales – que en localidades vecinas ya cosechó sus primeras promociones de profesionales en niveles terciarios y universitarios. Un peronismo que dice defender a pobres y marginales se ausentó de la discusión y los reclamos con que jamás se pronunció desde lo institucional abolieron un debate destinado a avanzar sobre un proyecto que bien cuadra en sus postulados doctrinarios: igualdad de oportunidades y llenar los claustros académicos de hijos de pobres y obreros.
Las Toscas, localidad vecina, gestó la creación de extensiones áulicas incorporando carreras universitarias ofrecidas de manera gratuita al alumnado de todo el norte. Profesores de Villa Ocampo lograron horas cátedras en su claustro mientras que, en la ciudad dulce y cordial, el terciario fortalece la única alternativa que recorre el estrecho recodo de la PRIVADA donde hay que pagar sin más. Sin cuota y dineros no hay carrera, ni futuro, ni desarrollo.
El señor que compone la foto que ilustra esta nota – Gustavo Volkart – fue presidente del cuerpo deliberativo de Villa Ocampo en años en que el peronismo presentaba supremacía 4/2 de las 6 bancas existente en el Cuerpo Colegiado. Mayoría calificada sumado al doble voto ostentado en la presidencia del Cuerpo. Volkart, jamás presentó un solo proyecto conforme a gestionar una extensión áulica y mucho menos la posibilidad de contar con una universidad virtual – UNCAUS – que habría de permitir el acceso de cientos de pibe que se habrían regodeado en el conocimiento gozando de la “igualdad de oportunidades”. No siempre las pertenencias partidarias definen discursos y mucho menos acciones.
Rendido a los pies de intereses creados – educación privada -, el poder político que alguna vez obtuvo el peronismo en un tiempo no lejano, solo sirvió para acomodar amigos, repartir cargos y armar listas berretas despreciadas y aborrecida por su propio electorado.