Los ecos de la patria grande también cobran resonancia en la patria chica, en los pagos de sonoras chicharras y extremos calores. Su pertenencia a una parcialidad del poder tejió una alfombra no menos engañosa ni más perniciosa que la que nos cubre en la actualidad: Villa Ocampo y el justicialismo se debate en serios planteos morales, dirigenciales, de proyección, y sumaría, de amenazada existencialidad y sobrevivencia.
Las viejas prácticas son siempre calificadas de tal, cuando su eficacia la absorbe el tiempo o su sorpresa caduca en sus esperados estímulos. Las consideradas nuevas, poco tienen de flamantes, solo que, su aplicación y funcionalidad garantizan, por ignorancia o estupidez, eficiente dinámica como usual regulador de conductas o creencias. La superchería banal y la idiotez consagran su convivencia y legitimidad.
El nuevo poder político de la argentina, que inaugura una nueva etapa en nombre de lo nuevo, se vale de lo peor de lo viejo y hasta repite sus deleznables fórmulas: el senador Edgardo Kueider, peronista disidente del kirchnerismo, relapso converso de las fuerzas del cielo – mileista – fue sorprendido en Paraguay con U$S 210.000, cuyo escándalo obligó a tirar la moneda conforme distintas fuerzas políticas deban sortearse su procedencia y pertenencia. Se dejo de lado, como siempre, el interés en saber quién pago la coima, el origen del dinero y a quien favoreció su actividad legislativa en el año que culmina. Esta respuesta terminaría con un show que entretiene, por mucho, a imbéciles y mentecatos.
En el año 2001, fue el escándalo recordado como La “Banelco” que marco el comienzo del final del presidente De La Rúa, al tiempo que forzaron una reforma – Laboral -, advenimiento del que se “Vayan Todos”, helicópteros y 40 muertos, etapa que precedió el vergonzoso final del neoliberalismo como alternativa política en la argentina. Tal y como muestra el espejo del tiempo, tales prácticas solo garantizan sospechas y engaños cuyo velo, más temprano que tarde, se corre y se desnuda. La práctica es tan vieja como los vicios del mundo y la pertinaz mentira.
Los ecos de la patria grande también salpican y resuenan en la patria chica: Villa Ocampo, sus únicas autoridades institucionales – Concejales – además de presentar situaciones reñidas con leyes provinciales y nacionales – incompatibilidad -, el sorteo de cargos que caían como por arte de magia y “chapas” desde La Cámpora justificaron lugares expectantes en listas cuyas internas imprimieron una década de derrotas y la perdida de generaciones de jóvenes que vieron cercenada sus oportunidades de participación. Los cargos repartidos entre PAMI y ANSES identificaron a actores políticos que referenciaron “el tercio opositor” de una fracción partidaria que jamás representó a nadie.
Últimos armados de lista que fue ofrecido en función de chapas y cargos. El primero fue nombrado en PAMI cobrando por el cargo más de un año – sin presentarse jamás a trabajar -, hasta que le fue ofrecido el cargo en ANSES, siendo concejal electo. La segunda dignidad propuesta en la lista de concejales le fue cumplido facilitando un lugar en PAMI, luego de su renuncia. Hay quienes aseguran que se cobra “retornos” por cambiar figuritas y establecer nombramientos a la medida de pre acuerdos electores. Un peronismo que, armando listas y participación de pocos, se guarnece en discusiones de CARGOS; jamás desde un proyecto inclusivo y participativo. Las falsas proclamas, quedan en odiosas evidencias.
La actividad legislativa, de la que ampliaremos en próximas notas, es un collage de acompañamientos a medidas del ejecutivo dentro de lo que se encuentran prestadoras de servicios públicos cuyos favores obtenidos de manera inmoral explican los alquilados servicios del poder – bancas legislativas -, cuando los acordados beneficios resultan jugosos y su cumplimiento se fundan en garantías. Edgardo Kueider, ni los legisladores peluquines afines – dialoguistas – se sientan en bancas nacionales, ni todos viajan en aviones de línea de bandera, ni todos hacen negocios en fronteras paraguayas o brasileras.
Como a Edgardo Kueider – Senador -, el circulo comienza a cerrarse y las oportunidades se esfuman, alejado de los viejos buenos tiempos: en breve, semanas, se conocerá y se sabrá, del pase olímpico de una banca justicialista ocupando un cargo público en un estamento provincial. Las fichas resultan muy caras y el futuro es desalentador.
Las “Fuerzas Del Cielo” comenzaron, per sé, a acomodar algunas cuestiones: los relapsos no pueblan el infierno por condena, sencillamente, el infierno es el lugar que eligen por vecindad, donde mejor se acomodan a sus preferencias.