Por Huber Cracogna
Santa Fe alberga en sus discursos electorales, en la presente campaña, a referentes que se han propuestos como Venturosos Gestores De Desacuerdos a riesgo de un capital político construido y fortalecido en años y décadas: María Eugenia Bielsa se encamina a disociarse de tales estructuras reconstruyendo nuevos formatos políticos que desafía a la fatídica connivencia orgánica de poderes económicos/políticos. Otros referentes recorren, en su decisión, iluminar una nueva senda con luces de disidencias y caminos no recorridos por mayorías. Una pequeña franja política decidió apostar por fueras de las estructuras convencionales asumiendo el desafío de una libertad discursiva que les permita encontrarse con nuevos aires alejado de la asfixia de acuerdos de cúpulas, compromisos estructurales y políticas prediseñadas. Se está cerca de la gente o la grieta abrirá un abismo insondable y sin retorno.
Los procesos corporativos controlan las bases neurálgicas de una sociedad. Establecen reglas invisibles e infalibles controlando la vida de todos. Las estructuras políticas se crearon conforme a lograr un equilibrio en donde la equidad y las ambiciones de crecimientos y desarrollo sean garantizadas a todos. Pobres y ricos, vulnerables y pudientes. Es imposible pensar en transitar veredas de mortales entre pudientes y gente de a pie, sin la fortaleza de espacios populares organizados – política – enfrentando los desafíos que demanda un equilibrio en una humanidad pensada como inclusiva donde no solo las garantías deben estar aseguradas, sino, la participación y la igualdad de oportunidades, per se. ¿Por qué la gente se siente tan lejos de la política y de sus representantes estamentarios?
La mentada corrupción no explica esto, no al menos, en todas sus facetas, en todas sus consecuencias y mucho menos, desde la funesta explicación del concepto reconocido como “la manta corta”. La transferencia de recursos que saquea los bolsillos de la gente responde a decisiones políticas. Lo que hay que preguntarse si son decisiones de estamentos políticos y/o política en si propio. Uno tiene la sospecha que, cuando esto pasa, el poder y la política juzga una perversa connivencia en la que tus representantes gobiernan solo para quienes les bajan ordenes o, en su defecto, pagan favores de campaña a extorsivos aportantes financista y empresariales. Explicar el financiamiento de gastos de campaña expondría en claro tales decisiones. Que políticos decidan ser gerente del erario público no sería despreciable analizarlo con perspectivas aguda conforme a resumir deducciones que la realidad explica en tan difusos planteos y con tanta complejidad. Lo más elemental del análisis es que arroja una sola respuesta: si no se gobierna para la gente, se gobierna para alguien más. O para algunos pocos.
La necesidad de construir frentes, mas allá de lo convencional e histórico, responde a la ilegitimad que cada cargo hoy ostentan gobernadores, legisladores, intendentes, Presidente Comunales e, incluso, referentes institucionales y sociales. Todos, sin excepción, han sido cooptados por el sistema; ese cuellos de botella en que cayó la legitimidad de representantes partidarios y políticos que los obliga a sostener un doble discurso ante la necesidad de sobrevivir y trascender. Los ignorantes que avanzar con deseos irrealizables, los perspicaces que intentan sacar ventaja están condenados. Los lúcidos que hoy piensan en romper estructuras pensando en la construcción reformuladas de paradigmas abrirán camino a nuevas sendas por recorrer. Del saber popular se sabrá en breve que consigna y seducción abrirá puerta para la gente o, para las corporaciones.
Santa Fe alberga en sus discursos electorales en la presente campaña a referentes que se han propuestos como Venturosos Gestores De Desacuerdos a riesgo de un capital político construido y fortalecido en años y décadas: María Eugenia Bielsa se encamina a disociarse de tales estructuras reconstruyendo un nuevo formato político que desafía a la fatídica connivencia orgánica de poderes económicos/políticos. Otros referentes del norte santafesino Provincial se aprestan, en su decisión, iluminar nuevas sendas con luces de disidencias y caminos no recorridos por mayorías. Decidieron apostar por fueras de las estructuras convencionales asumiendo el desafío de una libertad discursiva que les permita encontrarse con nuevos aires alejado de la asfixia de acuerdos de cúpulas, compromisos estructurales y políticas prediseñadas.
Se llega por estructura y con el aparato, o no se llega. “Se gobierna para la gente o no se gobierna”, sería el nuevo slogan que hasta el momento se ilumina aún con sombras y cerrazón que el marketing desaconseja desplegar. La brecha, la mentada grieta que los medios hegemónicos no registran ni denuncian, radica en la espantosa y peligrosa distancia que se abre camino en dobles discursos, estructuras orgánicas partidaria y política prediseñadas. Se está cerca de la gente o la grieta abrirá un abismo insondable y sin retorno.