El Ministerio de Hacienda de la Nación presentó el lunes los números fiscales correspondientes a septiembre, entre los que destacó la reducción del gasto público a niveles de 2012 y la reducción del déficit sobrecumpliendo las metas fijadas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entre los datos, destacó que el gasto social subió 12 puntos durante la gestión de Mauricio Macri y ya representan 58 de cada 100 pesos del gasto primario, pero oculta que se logró a partir de bajar brutalmente el resto del gasto del Estado, como el que se destina a obras públicas, y que fue destinado en su totalidad al pago de los servicios de la deuda pública.
Hay además en los números una señal de alerta. El Gobierno no logró que la recaudación de impuestos suba al mismo ritmo que la inflación lo que implica una caída en términos reales. Si se considera que también pasó en las provincias, la preocupación es que será necesario profundizar el ajuste en mayor medida incluso que la caída de ingresos reales, retroalimentando la recesión de la economía.
Respecto de 2015, cuando asumió Macri la conducción del país, los números reflejan que bajó el gasto 10% en servicios sociales, 49% en servicios económicos (subsidios), 26% en administración gubernamental y 28% en servicios de defensa y seguridad mientras incrementó en 98% los fondos que destina al pago de deuda. Durante su gestión, Macri duplicó los pagos de deuda. Y eso no fue herencia sino su decisión.
En los primeros 9 meses, los ingresos subieron 28,1% (los tributarios un punto menos) y el gasto se incrementó 20,3%, con una inflación acumulada de 32,4%. Significa que la recaudación tributaria cayó cinco puntos y el gasto 12 puntos. Hasta julio (el último dato disponible en el Indec), la actividad económica (adelanto de la evolución del PBI) llevaba una caída de 0,8%. Se espera que se profundice en agosto y septiembre y que el año termine con una recesión de 2,6%.
En función de esos resultados, la aceleración del proceso inflacionario con el pico de 6,5% en septiembre y un 5% estimado para octubre termina siendo funcional al plan de ajuste del Gobierno, en la medida que licua el gasto respecto del PBI. Lo advirtió hace pocos meses el economisca Carlos Melconian cuando dijo que en el pasado de crisis económica comparables se salió con una devaluación (el dólar duplicó su valor) y una hiperinflación (a veces da la sensación de que el Gobierno coquetea con la híper).
En los próximos meses, con esta inflación desatada, el equipo de Nicolás Dujovne podrá mostrar todavía mejores resultados y festejar el sobrecumplimiento de las metas acordadas con el FMI, pero será a costa de mayor pobreza y mayor concentración de la riqueza, como reflejó el INDEC hace una semana: en la crisis el capital acumuló 5 puntos más de participación´en detrimento del trabajo; ahora se lleva el 55% de la riqueza que se genera.
Sólo en la visión fiscalista y monetarista del Fondo Monetario Internacional a la que adhiere sin reserva la administración de Macri considera esto buenos resultados fiscales.