Mejor No Haber Ido Con El PJ

El diputado confía en hacer pie en las Paso. «Cuestionamos al poder que los partidos tradicionales ya no cuestionan», distingue.

El diputado Carlos Del Frade atribuye a «sombras» del peronismo que lo tacharon el fracaso de un acuerdo con María Eugenia Bielsa. Piensa que es mejor así, en alianza con Ciudad Futura, espacio cuya juventud lo tiene deslumbrado. La diferencia está en que ahora sí tiene vocación de poder. «Vengo de la muerte, estoy de regalo, por eso no quiero quedarme en eterno opositor, quiero construir una opción de gobierno para modificar algo de lo que está mal, aunque sea el 1% del presupuesto, que son 2700 millones de pesos. Para eso construimos, para gobernar algún día y hacer lo que otros ni mencionan: seguridad es distribuir la riqueza». Y confía en perforar el piso de 50.000 votos para pasar a las generales, camino a renovar su banca.

-¿Cómo siguió la campaña tras el fracaso del frente con el peronismo?

-Nos vino mejor que si hubiera ocurrido, porque nos dio la posibilidad de seguir siendo quienes somos. Juntarnos dos sectores de izquierda por afuera de los grandes partidos y con posibilidad de gobernar Rosario es fantástico. Demuestra que hay lugar para un cuarto espacio que puede construir fuera de los partidos sin renegar de ellos.

-¿Por qué no pasó?

-Por cuestiones propias del peronismo. Aparecieron ciertas sombras pesadas. Se pensó en una foto con cuatro candidaturas, y la que rechazaban era la mía, porque soy zurdo. Hay una mochila ideológica profunda y pesada.

-¿Y Bielsa aceptó eso?

-María Eugenia se hace cargo de que no podía explicarle a los demás que iba a ir conmigo cuando tenía su propia lista de candidatos a diputados. Está bien, entiendo, pero tuvo que ver con un reclamo del peronismo. Y bueno, nosotros seguimos cuestionando cosas que el peronismo ya no cuestiona.

«Aprendí a construir con otros para poder gobernar algún día», admite.

-¿Qué cosas?

-La relación con las empresas. Nosotros denunciamos eso, movemos mucho en la comisión de Laborales y eso les hace ruido, especialmente a sectores sindicales vinculados a la política. Al peronismo no le gusta quedar atrás por su raíz, pero la visión hoy es muy distinta. Igual, aprendí que hay que construir con el otro para poder gobernar algún día.

-Una crítica recurrente a tu prédica es la oposición por la oposición misma, exenta de vocación de poder.

-Pero precisamente, ahora más que nunca con el encuentro con Ciudad Futura vamos a discutir en serio Rosario. Con Juan (Monteverde) no hay techo porque expresa la juventud que ya no está en los partidos tradicionales, están por afuera.

-¿El techo no es acaso la clase media en Rosario?

-Lo que pasa que el socialismo empieza a encontrar síntomas de degradación, se ve en el Poder Judicial, en la seguridad, pero especialmente en la resignación ante las empresas. Cuando el socialismo cobra 70% más de luz es porque no pudo o no quiso encarar una reforma impositiva en serio, realmente progresista.

En el presupuesto 2019 que el PRO, el PJ y el PS aprobaron y nosotros no, habla de un ahorro de 3600 millones de pesos para este año. ¿Para qué ahorrarlo? Subsidiá con eso agua, luz, inmobiliario para que la gente pague menos. O para pagar mejores salarios a los trabajadores del Estado. Por esas cosas es preciso más legisladores de oposición. Un uno por ciento del presupuesto son 2700 millones de pesos, y si en lugar de dos fueramos 4 podríamos direccionar eso a la gente, a los barrios.

-El oficialismo reprocha esa actitud de no votarle el presupuesto por no dar gobernabilidad.

-Siempre lo votamos negativamente. Bonfatti me pide responsabilidad institucional, y no es así. En la Revolución de Mayo la responsabilidad fue hacer otra institucionalidad. Si no, seguimos sometiéndonos al poder de la Bolsa de Comercio, la Iglesia, y por esas cosas pasamos 70 años sin tener ley de educación que incluya la educación sexual integral, por ejemplo.

-¿Cual es el piso anhelado en estas elecciones?

-Que Juan pelee la intendencia de Rosario, renovar 3 o 4 bancas de Concejo. Creo que las condiciones están dadas, por hablar de cosas que los demás no hablan.

-¿Qué pensás sobre la preponderancia de la seguridad en la agenda de campaña?

-Ahora lo hacen porque así se le entra fácil al socialismo. Cuando había que hablar de los grupos narco que se formaban en Rosario sobraban los dedos de una mano para contar quienes se animaban a decir esto. Lo que hay que discutir en serio es distribución de riqueza, la grieta entre Rosario y Santa Fe, la diferencia entre los que menos y más ganan es de 20 veces, y eso no puede ser en una provincia que hace doce años tiene gobierno supuestamente provincia. Tenemos en Rosario 262.000 con problemas laborales. Por eso decimos ley de jornada laboral de 6 horas para generar 43.000 empleos. Eso genera desigualdad, genera violencia. Dejamos instalar empresas con miembros procesados por narcotráfico, Flybondi, puertos, la Justicia cada vez más cenagosa y oscura.

-Perotti dice que él sí conducirá la policía.

Ja! ¡Que diga cómo! Perotti es Macri, es la expresión peronista de conciliar con el capital. Si no lo combatís te domina. A Lifschitz le pasó: gobernó para la Bolsa hasta que se le cayó la reelección. Por eso reinstaló el relato de la política de seguridad. Meter presos a los pibes y el narcotráfico sigue creciendo. El año pasado hubo fuerzas federales pero hubo 30% más de homicidios en Santa Fe y 20% de homicidios en Rosario. Basta. Es un fracaso. La seguridad no pasa por más policía, pasa por redistribuir riqueza. Perotti va en aquella línea.

-¿En tres años de diputado considerás que generaste un espacio propio?

-Lo voy a saber ahora, quiero creer que sí. Menos mal que no salió lo del acuerdo con el peronismo porque hubiesemos perdido identidad.