Es uno de los emblemas de la Gran Manzana, así que no es de extrañarse que la exótica adición a su fauna haya causado tanto interés del público.
Hay un nuevo vecino en el Central Park de Nueva York y ya tiene como locos a los turistas y hasta a los siempre poco impresionables neoyorquinos: es el pato mandarín, un ave de colores vivos y exótico plumaje.
Como era de esperarse, la Asociación de Avistaje de Aves de Manhattan fue de las primeras organizaciones en darle la bienvenida al pato mandarín. Pero lo más extraño de todo es que nadie sabe cómo llegó a la laguna del Central Park.
El pato mandarín simplemente apareció esta semana en una laguna donde nunca antes se lo había divisado y ahora no para de atraer curiosos, empezando por la cuenta de Twitter de los Parques de Nueva York.
Las autoridades encargadas del bienestar de los animales locales (entre los que son excluidas las famosas ratas de Nueva York) advirtieron a los aficionados que no deben acercarse ni acosar al ave para que su estadía en la Gran Manzana sea placentera para todos.