Presupuesto Santafesino 2020. La Eterna Frazada Corta

Por Carlos del Frade

Los números del palacio. El 20 de noviembre de 2019, en el día de la soberanía, ingresó el mensaje número 4850 del gobierno de Miguel Lifschitz al senado provincial presentando el presupuesto para el primer año de la administración de Omar Perotti, la consecuencia de una transición política devenida en discusiones palaciegas y personales, lejos de las necesidades de las mayorías santafesinas. Cuando hay más palacio y menos calle, la dimensión de la democracia se achica. Lo individual se impuso a lo colectivo. Esos números expresan la verdadera dimensión política de las cosas. El tamaño de una cifra muestra el límite a los bellos discursos. Por eso, una vez más, votamos de forma negativa esta forma de pensar la política como resignación gerencial en lugar de buscar la transformación de la realidad.

El origen de la frazada corta

La totalidad de recursos para el año 2020 son 414.934.480.000 de pesos, por lo menos tres veces menos del producto bruto geográfico, es decir la cantidad de riqueza que construyen anualmente las mayorías santafesinas en un año.

He aquí la resignación original de las fuerzas políticas tradicionales de Santa Fe: el presupuesto no se hace sobre la riqueza sino en torno a los posibles impuestos que serán pagados. Es en esta resignación donde nace el mito de la frazada corta que habla de destapar la cabeza si se tapan los pies o viceversa. Que no haya plata para trabajadores municipales y hospitales en la provincia de Santa Fe no es consecuencia de la falta de riqueza sino de la ausencia de valentía para que paguen los que más tienen: las exportadoras, los grandes bancos y los latifundios. Mientras exista esa resignación, cada año escucharemos repetir el verso, el mito de la frazada corta. Entonces son las familias santafesinas las que más pagan mientras los que más tienen y ganan están exentos de pagar ingresos brutos. Esa cobardía política, entonces, vuelve a repetirse en la matriz filosófica del mensaje del presupuesto 2020.

Menos para Educación

El mensaje advierte que “las finanzas provinciales han resultado impactadas por la coyuntura macroeconómica que atravesara y atraviesa nuestro país, consistente en una caída de la actividad económica durante tres de los últimos cuatro años y niveles inflacionarios durante el 2019 que sólo son superados por episodios hiperinflacionarios de varias décadas atrás”.

A lo que suma “el efecto de los incumplimientos por parte del Estado

Nacional respecto de los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de deberes surgidos de leyes nacionales en materia de compensación de los sistemas previsionales provinciales no transferidos a ANSES”.

Y señala que “no obstante, a pesar de ello, el estado de las finanzas de la Provincia de Santa Fe presenta una situación de robustez y sostenibilidad, como ha sido una marca característica en la historia del Estado Santafesino”.

Hay un primer elemento de enfrentamiento entre las palabras y los números. Dice el mensaje que justifica el presupuesto de Lifschitz para el primer año de gobierno de Perotti que las “erogaciones en salud y educación se ubican también entre los más altos al realizar análisis intertemporales. En el caso educativo, la inversión durante doce años consecutivos se encontró entre los niveles más elevados no sólo en términos históricos de la Provincia de Santa Fe, sino también en cualquier comparativa interprovincial”.

Las cifras para el ministerio de Educación marcan que para 2018, por ejemplo, se destinaron 40.478.570.000, es decir el 21,15 por ciento de presupuesto de entonces.
En 2019, la cartera educativa que ahora estará en manos de la profesora Adriana Cantero, alguien no muy bien recordada por las y los docentes, tuvo una asignación de 55.498.993.000, cifra que representaba el 20,02 por ciento de presupuesto.

Y ahora para 2020, Educación tendrá 82.275.389.000 que significa, en realidad, solamente el 19,82 por ciento del total.

Estos números desmienten la épica de la mayor inversión educativa, en los últimos tres años, aunque la cantidad de dinero sea mayor, el porcentaje, en el presupuesto, siempre fue disminuyendo, achicándose. Insistimos en nuestro concepto, las cifras del presupuesto expresan el tamaño real de la política, le ponen freno a los discursos.

Apenas el uno por ciento para los planes “Abre” y “Nueva Oportunidad”

Volvamos al mensaje del presupuesto de Lifschitz para el año uno del gobierno de Perotti: “…esta administración se fijó como objetivo asegurar la sostenibilidad de los servicios básicos y la atención de las principales e ineludibles obligaciones del Estado para con los ciudadanos. En este sentido, además de priorizar la cartera de Seguridad, reconociendo lo que ha sostenido públicamente el gobernador electo, se apuntalaron diversas cuestiones que, debido a su fuerte incidencia en lo social, las convierten en materias altamente sensibles. En primer lugar, se contemplan los fondos previstos en la Ley 13.896 “Programa de Intervención Integral de Barrios” para Municipios de Primera y Segunda Categoría de la Provincia (Plan Abre). En tal sentido, se prevé un monto -en línea con el Artículo 3° de dicha ley- dentro de la jurisdicción “Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado” en la partida “transferencias” por $ 3.138.000.000 (de los cuales el 25% es corriente y el 75% es de capital). En segundo lugar, dentro del Ministerio de Desarrollo Social, se contemplan $1.375.936.000 para el “Programa Nueva Oportunidad”, en virtud de la población vulnerable a la cual se dirige”.

En estos párrafos se advierte una preocupación real sobre la cuestión social y se mencionan dos programas importantes, “Plan Abre” y “Nueva Oportunidad”. Entre ambos no llegan al uno por ciento del presupuesto 2020. Una vez más la pregunta, entonces, ¿por qué tan poca plata para programas tan importantes desde lo real y lo discursivo?.

Las perlas negras

Señala la parte final del mensaje que en el Anexo III, se presenta la distribución analítica del Gasto del conjunto de la Administración Provincial, donde es “posible contar con información detallada permitiendo identificar las principales políticas ministeriales”.

En esas casi mil quinientas hojas de cálculo, donde encontramos la verdadera dimensión de esas “principales políticas ministeriales”.

En estas cifras puede leerse el verdadero tamaño de la preocupación oficial por las situaciones sociales:

Promoción de derechos de niñas, niños y adolescentes”
869.449.000 – 0,20 por ciento.

“Desarrollo deportivo”
90.763.000 – 0,02 por ciento.

“Defensoría de las niñas, niños y adolescentes”
95.352.000 – 0,02 por ciento.

“Hogares oficiales de adultos mayores”
275.165.000 – 0,06 por ciento.

*“Políticas de violencia de género”
121.328.000 – 0,02 por ciento

“Política para la diversidad sexual”
17.710.000 – 0,004 por ciento.

“Secretaría de prevención de consumo de drogas y adicciones”
73.048.000 – 0,017.

“Equipos de inclusión socioeducativa”
2019
132.111.000 – 0,047

2020
75.082.000 – 0,018 por ciento

*“Manejo de flora, fauna y áreas naturales”
500.000 – 0,0001

“Políticas de promoción de empleo y trabajo”
45.631.000 – 0,010

“Secretaría de Hábitat”
837.660.000 – 0,20 por ciento.

“Bibliotecas Populares”
834.000 pesos (No se puede creer)

“IAPOS”
22.830.173.000 – 5,5 POR CIENTO.