¿Habría motivos para lograr universidades y diplomaturas en nuestro norte, norte provincial? En un contexto en que el norte se quedó sin industrias, ante la falta de infraestructuras conforme a facilitar inversiones en busca de lograr costos competitivos, el norte, norte, no tendría necesidades de abrir casas de estudios. Con una buena escuela técnica alcanza y sobra. Privilegiados que pueden pagar una universidad publica o privada erogando $ 150.000 mensuales, de quienes logran su ansiado título, seguirán desarrollando el mercado laboral a grandes urbes como Santa Fe, Rosario o acaso, Rafaela. Un contexto cuya espiral negativa en el norte se retroalimenta así misma: Sin infraestructura, sin inversiones privadas, sin empresas, no se necesita casa de altos estudios.
Por los puertos del norte santafesinos y particularmente, Villa Ocampo, La Forestal en poco menos de medio siglo se exportó/fugó el equivalente a 4.000 millones de dólares de la época. Una cifra cercana a las reservas del banco central de aquel momento y el de hoy, si forzamos un actual parangón. La Forestal argentina se enriqueció explotando un recurso natural irreemplazable. Lo mas triste de ese genocidio ecológico es que se sacrificaron varias generaciones que mutiladas por la pobreza y la ignorancia, no permite registros de sus decires ni mucho menos de sus reclamos. Un ecocidio que nos dejó sin el recurso natural más preciado que a nuestra economía nacional le fue negada hasta su participación tributaria.
En noviembre de 2005 un obstinado emprendedor se abría paso entre incredulidad y desorientación. Los medios de la época mostraban una epopeya regional inesperada: Villa Ocampo recuperaba el Acceso A Puerto Ocampo. Nacía una esperanza que, sin embargo, nos emparentaba más con el pasado – Glorioso – que con un futuro esperanzador e inmediato. Eduardo Richter, en aquel momento secretario de Obras Públicas, mostraba no solo las bases de crecimiento posible de un ulterior norte santafesino; mostraba que la hazaña era posible y la hacíamos nosotros.
Proyecciones, gestiones, cálculos y esperanzas, chocaban con una realidad que pocos conocían o estaban dispuestos a aceptar: la asimetría hegemónica del sur provincial vio como una verdadera amenaza sus privilegios facticos concentrados en la Rosario de la pampa húmeda, sus estructuras industriales y el control portuario sobre las costas del gigante del Paraná. Puerto Ocampo desde el año 2007 fue puesto en un freezer y quitado de cualquier agenda política en la provincia y la región.
Omar Perotti, tras angustiantes gestiones y habiendo sido convencido de retomar la epopeya de 2005, decidió presupuestar y ejecutar la mayor obra en importancia estratégica decidida su construcción en el norte del departamento Obligado. La tozudez de Richter movió varias piezas obstruidas en el tablero del poder que freezó 12 años consecutivos en manos del Frente Progresista Cívico Y Social. Final de 2022 Perotti anunciaba la construcción del Puente Sobre el Paraná Mini, mayor obstáculo de todos los que advierte el acceso a Puerto Ocampo.
“Dentro de los gestos exigidos por Nación ante innumerables beñas para avanzar con la concreción física de Puerto Ocampo, la inversión millonaria que hizo Perotti en el Puente fue considerada sustantiva para abrir puertas y comprometer no solo decisiones políticas, sino, interesar a inversores que esperaban un gesto decisivo del gobierno provincial. El hecho de que nos habiliten para conectarnos al caño troncal de Gas y presentar carpetas para financiar la instalación de gas natural al parque industrial de Villa Ocampo, tiene que ver con mover piezas claves desde cuyos gestos leyó nación e inversores futuros para una obra que demanda casi 40 millones de dólares terminarla”, explicó Eduardo Richter a nuestro medio.
En las piezas que se mueven en un tablero complejo, lento, pero decisivo se obtienen respuestas no oficializadas ni publicitadas, pero que son significativas a la hora de generar interés en los ministerios e inversionistas futuros conforme a avanzar en la conclusión de una obra que comprenderá el desarrollo inmediato de provincias del litoral y norte grande.
“Lo que debemos decir sobre esto y los años que llevamos trabajando en estas cuestiones que parecen interminables, es que esta obra nos obliga a trabajar sobre proyecciones locales y regionales. Las empresas no solo te piden gas natural y un puerto de aguas profundas, también te piden mano de obra calificada local y regional. Si no, la tienen que contratar de otras provincias, lo que resulta oneroso cuando no poco rentable. Es decir, a medida que nos acercamos a respuestas concretas y específicas, las proyecciones que debemos hacer conjuntamente con gestiones en el futuro, tienen poco que ver con lo que siempre se pide y se gestiona: Debemos pensar en una expansión demográfica y obras de infraestructura superiores a la que ya hay. Debemos pensar en contar con una escuela técnica con más ofertas educativas de la que existen. Debemos pensar en tecnicaturas y particularmente de oficios y se debe pensar, por sobre todo, universidades que nos entreguen profesionales para esa demanda. Con la salud que tenemos resulta insuficiente. No solo se trata de un puente y de un Puerto; debajo de todo esto y en proyecciones cercanas en el tiempo, debemos comenzar a trabajar ya sobre todos estos temas. Sino, me temo, que una solución esperada termina siendo un serio problemas que generarán mas asimetrías sociales de la que ya tenemos”, reflexionó Richter.
Lejos en el tiempo queda los puertos forestales, su abandono y pueblos fantasmas que incluso hoy perviven en nuestro norte. Una nueva etapa que se inaugura, debe contar con las simientes ante un fuerte compromiso político, inversión estatal – provincia/nación – un fuerte consenso con lo social y el acompañamiento irrenunciable de cada institución del norte santafesino. El acertijo previsible es que, de lo contrario, el tiempo y el olvido se llevará nuevamente los mejores esfuerzos de décadas.
De lo contrario, otra mina ubérrima no explotada se disipará entre mezquindades, analfabetismo, inconciencia social y debilidad de estructuras establecidas. Las Casas de altos estudios ulteriores para el norte – universidades -, su ausencia no solo se explicará en un pasado lejano, sino, en la imposibilidad de no haber comprendido la lucha ni aceptar los desafíos que nos promete un necesario crecimiento y un desarrollo definitivo.