Tiroteo En La Puerta De La Escuela Mientras Los Vecinos Se Reunían Por La Seguridad

Este mediodía, cuando los chicos salían, dos bandas protagonizaron su tercera balacera en cuatro días. El último domingo de elecciones, la escuela Presidente Perón de Sauce Viejo fue noticia por una balacera que aterrorizó a quienes se acercaron a votar y dilató el escrutinio en el establecimiento. Y la situación no mejoró por estas horas, pese a que el presidente comunal decidió pagar un policía adicional que custodie la institución.

Este mediodía, mientras un grupo de vecinos se reunía con autoridades de la comisaría y el gobierno local en la comisaría, se desató un nuevo tiroteo. Otra vez, prácticamente en la puerta de la Perón. Mirá el video:

«Fue horrible. Estábamos todos en la comisaría: docentes, directivos del gobierno comunal, el subcomisario Morales, los padres, y ellos sin piedad y sin respeto se acercaron hasta donde estábamos manifestándonos, se empezaron a insultar entre ellos, se fueron caminando amenazándose hasta la esquina de la escuela, y ahí nomás empezaron a los tiros. Los chicos que salían de la escuela con los padres, los padres desesperados buscando los chicos, nosotros metiendo los chicos adentro de la comisaría». El relato del horror vivido pertenece a Valeria Ramírez, una de las organizadoras de la reunión por la seguridad y madre de uno de los alumnos.

Por Primera Tarde, Valeria contó que en la zona donde se dan las balaceras no sólo está la Perón y la dependencia policial: también hay un dispensario, un taller y un jardín. Por lo tanto, se trata de un sector muy concurrido, y fundamentalmente por menores.

«Estamos todos asustados», asegura, y aclara: «esto no es de hoy, viene desde octubre del año pasado». Según los vecinos, quienes se enfrentan «son dos familias que viven sobre la misma cuadra de la escuela y que por razones que ellos solamente saben, se viven tirando tiros».

«No tienen en cuenta que puede llegar a entrar una bala perdida por la ventana, que los docentes tienen que enseñarles a los chicos que no se asomen, no salen al recreo, no los sacan a hacer gimnasia…». Y la respuesta que recibieron por parte de la Policía, en el peor momento de pánico, no fue esperanzadora.

«Antes de retirar los chicos al mediodía pasamos por la comisaría y les pedimos un móvil. Los chicos todos amontonados como pollitos en la entrada porque ya saben lo que está pasando. Y el personal que te atiende te dice ‘llamá al 911, mamá, no podemos hacer nada’. ¿Te parece que es una respuesta ‘no podemos hacer nada’, cuando tenemos cantidad de chicos ahí adentro?, ¿qué estamos esperando, que pase lo peor?», cierra Valeria, llorando de miedo e indignación.