Una docente que en octubre de 2016 denunció al director de la escuela media en la que trabajaba por acoso sexual afronta un sumario, y desde Amsafé Rosario exigen que se levanten esos cargos. «En su calidad de reemplazante, ella puede titularizar horas pero no puede tomar posesión. Es un perjuicio laboral, más allá del perjuicio que significa desde lo subjetivo por la revictimización», indicó Claudia Semino, secretaria de Género de la delegación sindical. La denunciante, en tanto, recordó su peregrinar por el Ministerio. La primera vez que la citaron tras su denuncia, en febrero de 2017, le anunciaron que ella sería desplazada, al igual que el denunciado. La actuación gremial impidió que se concretara esa medida, pero hasta ahora sigue sumariada. Desde el Ministerio de Educación subrayaron que la denuncia del director hacia la joven docente es previa (un mes antes) y que el expediente está «en la Junta de Disciplina, que de acuerdo a la ley 10290 está formada por seis miembros: tres por el Ministerio y tres por Amsafé». El caso no tiene ninguna relación con el de la escuela bilingüe 1380, que se hizo público el lunes pasado.
En cuanto a esta denuncia, la docente no fue la única que acusó al directivo. Hubo otras presentaciones contra el mismo director por acoso laboral y hostigamiento. Desde Amsafé subrayaron que la reacción del agresor fue una contradenuncia. «El sumario fue armado después de la denuncia por acoso, que es inconsistente, porque habla de falta de obediencia hacia el director de la escuela, el mismo tipo que la acosa, la denuncia por desobedecerle», planó Semino, para quien «son ridículos los motivos por los que se labra el sumario, y además, el Ministerio ha tenido dos años y medio para resolver esta situación».
El reclamo gremial concreto es «que firmen el levantamiento del sumario, que despeguen un proceso del otro, que levanten las actuaciones que se hacen contra la denunciante y que el del director siga el curso que debe tener».
Después de casi tres años de zozobra y pedidos al Ministerio, la denunciante sólo toma horas reemplazantes. «Desde octubre hasta febrero tuve que seguir trabajando con ese directivo, amenazada, no me pagaba las horas de mis reemplazos, todo el tiempo generaba hostigamiento y conflictos con otro grupos de compañeras, le decía a la comunidad que queríamos cerrar la escuela», relató. Y subrayó que en el Ministerio «siempre» lo consideraron un «conflicto interpersonal».