Tras la firma del Pacto de Mayo, Javier Milei empieza una nueva etapa con el desafío de organizar la economía

Tras la firma del Pacto de Mayo, Javier Milei empieza una nueva etapa con el desafío de organizar la economía

El Presidente hizo un llamado a la reconstrucción de la Argentina con el foco puesto en mantener la inflación a la baja y reducir la pobreza. Las dudas sobre la salida del cepo. Las claves para entender el consenso que firmaron 18 gobernadores.

El Presidente, al momento de suscribir el Pacto de Mayo, este martes en Tucumán.

Javier Milei propone refundar la Argentina. Esa es la idea que subyace en los diez principios volcados en el Acta de Mayo, firmada ayer por el Presidente y 18 gobernadores. También fue el eje de su discurso.

Una refundación que busca regresar a los orígenes, al siglo XIX de aquella Argentina que fue grande y próspera, para proyectarse al futuro. ¿Quién puede estar en contra de defender la propiedad privada y la educación, como dice el Acta de Mayo y también surge de la Constitución Argentina de 1853, o mantener el equilibrio fiscal? Nadie. No hay nada disruptivo en esos principios generales firmados anoche. Salvo que sí son muy difíciles de cumplir en un país que aprendió a vivir fuera de los límites sanos del sistema político. O, como dijo Carlos Nino, al margen de la ley.

Milei, en su invitación a reconstruir la Argentina, apeló en su discurso a un tono consensual. Habló de olvidar las mezquindades del pasado, para construir un mejor futuro, y solo le profirió algunas críticas a quienes tienen “anteojeras ideológicas”, es decir, “no la ven”, y a los que quieren “mantener sus privilegios”. Todo de la mano de un Estado pequeño, que solo se ocupe de unos pocos temas.

Pero Milei, un presidente que llegó al poder con 56% de los votos, siete senadores y 38 diputados, también buscó algo más: colocarse en el centro de la escena política.

El Presidente fue el redactor del Acta. Los principios allí volcados no surgieron de un debate consensual entre él y los mandatarios provinciales. Fue un contrato de adhesión, propuesto por Milei y suscripto por los gobernadores que necesitan la asistencia económica de Nación. La necesidad tiene cara de hereje y varios peronistas vieron la necesidad de acercarse al mandatario. Como lo hizo en su momento Néstor Kirchner con el presidente peronista liberal Carlos Menem.

Y Milei también se propone como el arquitecto de la nueva Argentina. O, tal vez, como el restaurador de un pasado mítico y glorioso al que hay que volver. Volver a hacer la Argentina grande de nuevo.

La propuesta es atractiva para millones de electores y parte de varios datos incontrastables: el Presidente conserva un muy alto grado de popularidad; los dirigentes de la oposición prefieren aún mantener su bajo perfil y ningún partido o movimiento parece capaz de generar nuevos liderazgos. El vacío político beneficia a Milei.

Pero los desafíos que el presidente libertario debe sortear para llevar el país hacia ese futuro idílico son enormes: mantener la inflación a la baja, reducir las astronómicas tasas de pobreza y desempleo, salir del cepo sin un enorme salto devaluatorio y mantener el control del gasto. Son esos resultados, que impactan en el bolsillo de las personas y en la economía de las empresas. los que permitirán a Milei realizar su proyecto o verlo trunco.