Unicef: el suicidio es la segunda causa de muerte de los adolescentes argentinos

Unicef advirtió que cuando un adolescente se quita la vida nunca lo hace por una sola causa sino que “hay determinantes múltiples” como la ausencia de adultos referentes, el abuso sexual y la sensación de fracaso, entre otros tantos factores.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó en Buenos Aires un estudio que revela que como la “segunda causa de muerte de los chicos argentinos que tienen entre 10 y 19 años”.

El informe de Unicef advirtió que detrás de cada caso de suicidio de adolescentes hay “determinantes múltiples”, como la ausencia de adultos referentes, el abuso sexual y la sensación de fracaso. Es la segunda causa de muerte de los adolescentes argentinos.

“Desde principios de la década de 1990 hasta la actualidad la mortalidad por suicidio en adolescentes se triplicó considerando el conjunto del país”, reveló el estudio, y puntualizó que las provincias con “tasas de muerte autoprovocada más elevadas entre 2015 y 2017 fueron Salta, Catamarca y Jujuy”.

“Hace tiempo que los números avisan este aumento. Sin embargo, no tienen lugar suficiente en la agenda”, dijo Fernando Zingman, director del estudio.

Y, agregó: “Con este trabajo, queremos contribuir al diseño de políticas públicas desde la racionalidad”.
LA INVESTIGACIÓN

Para cumplir con sus objetivos, los investigadores del área de salud y sociólogos de Unicef Argentina entrevistaron a diez expertos en el tema y seis funcionarios nacionales y provinciales que “registran y elaboran estadísticas sobre mortalidad”.

También entrevistaron a 38 allegados de 27 casos de suicidio para hacer lo que se llama “autopsia psicológica”, es decir una “reconstrucción a través de familiares, amigos, convivientes, docentes y referentes sociales”, explicó Zingman, quien es médico y especialista en salud de Unicef.

Además, se hicieron otras 28 entrevistas a adolescentes que tuvieron tentativas de suicidio.

Es un “estudio inicial, sus resultados no son extrapolables”, advirtió el médico, y destacó que se diseñó una muestra “representativa con los datos a los que se pudo acceder”.

Los datos disponibles en los certificados de defunción, por ejemplo, permitieron concluir que “entre los chicos con menores niveles de educación se observan mayores tasas de suicidio”, agregó.

Y, en este sentido, advirtió sobre la importancia de retener a los adolescentes en el colegio, sobre todo en contextos de “pobreza y mayor vulnerabilidad”.
LOS FACTORES DE RIESGO

Por otro lado, Zingman hizo hincapié en que detrás de un caso de muerte autoprovocada hay “determinantes múltiples”.

Entre esos factores “de riesgo o precipitantes” destacó la pérdida o ausencia de adultos que cumplan el rol de soporte, la sensación de fracaso por un “desfasaje” entre las expectativas y los logros alcanzados, el abuso sexual, la violencia intrafamiliar y las patologías mentales no tratadas.

“El abuso sexual, que tiene una altísima prevalencia en toda nuestra sociedad, explica muchos casos confirmando una hipótesis que ya teníamos desde la práctica”, comentó Zingman, quien hizo parte de su carrera médica en guardias de hospitales.

“Es importante vencer la resistencia a registrar los intentos de suicidio o los casos consumados. En las guardias existe el temor a enfrentar causas judiciales o a etigmatizar al chico o a la familia de ese chico que ya no está”, comentó.

Y, luego, también mencionó el consumo problemático de sustancias psicoactivas como factor desencadenante.

Mientras tanto, en las “tipologías por tentativas”, es decir aquellas que resultaron del análisis de casos de intentos de suicidio que no llegaron a concretarse, mostraron factores de riesgo similares pero con una diferencia: “Hubo un adulto o una institución que cumplió, aunque sea parcialmente, el rol de soporte”, remarcó el médico.

Y agregó que en las escuelas y en las familias se intenta resolver el problema “puertas adentro”, por lo que es necesario “sensibilizar a la sociedad sobre que este tema existe”.

El estudio de Unicef planteó que la muerte autoprovocada es un problema social y de salud pública, y advirtió que mientras no exista un registro adecuado de los casos, resulta difícil diseñar e implementar políticas públicas de asistencia y prevención.

Aunque en Argentina hay una ley de prevención del suicidio (la 27.130), aprobada en 2015, a la fecha no ha sido reglamentada y no puede implementarse.

Voceros de Unicef también indicaron que la primera causa de muerte de niños y adolescentes está provocada por accidentes viales.