Vicentín/Estafa. Scarpín: Heredero De Sí Mismo

Por Huber Cracogna

Hoy se disputan la herencia política tras década de hegemonía partidaria desde ambas bancas senatoriales, Nación/provincia. Las dinastías revelan sus verdaderos garfios cooptando espacios de poderes públicos conforme a sostener un trono que se legitima, salvajemente, con votos de minorías y se financia con poderes facticos: Vicentín y UAA. En la ciudad de Avellaneda nadie que NO responda a su pertenencia está social y políticamente habilitado para, siquiera, liderar una comisión vecinal. Como en el medioevo, su poder se sostiene a fuerza de amenazas persecutorias y el castigo de conciencias con el que oprime el Opus Dai. En ningún otro lugar o ciudad en el norte provincial, la prédica de los medios hegemónicos y la naturalización con se divide a ricos y pobres, su segregación, ha calado tan profundo y descarnadamente.

El actual senador nacional por la provincia de Santa Fe, Dionisio Scarpín, al tiempo que era responsable de regir los destino de la ciudad de Avellaneda, única ciudad declarada pro vida, lideró cortes de rutas defendiendo al directorio de Vicentín en tiempos en que Banco Nación reclamaba y aún reclama el pago de una deuda que asciende a 350 millones de dólares sumando a más de 3500 productores aún siguen reclamando el pago de sus cosechas. Scarpín es responsable de patotear a funcionarios nacionales que en el mismo conflicto/Estafa arribaron a la ciudad conforme se respondía a instrucciones impartidas por la Justicia Federal ante las primeras denuncias que se radicaron. Vicentín no pagó a nadie, ni pagará. Los 3500 millones de dólares que embolsó en la estafa nacional los fugó a paraísos fiscales. Dionisio Scarpín se sentó en una banca nacional de la Cámara Alta, por lo que y tal parece, cada cosa está en su debido lugar. Vicentín/Scarpín resultaron ser heredero de sí mismo y, ambos, participes de tiempos, generaciones y edades.

Sentado en su banca bajó el presupuesto nacional dejando a su provincia, Santa Fe, sin obras por millones de pesos destinado a construir juzgados, escuelas, refacción de rutas nacionales y, particularmente, el ensanche del puente que une la ciudad de Reconquista con su propia ciudad. Obra demandada por décadas por la metrópolis Reconquista/Avellaneda dado el centenar de deudos que reclaman familias en siniestro viales. Jamás dio explicaciones por lo decidido pero debió dar gracias al gobierno nacional que financiará con 800 millones de pesos la puesta en valor de un gran barrio popular de Avellaneda que coronó su aprobación antes gestiones elevadas por el ente municipal y aprobado por un gobierno nacional que deberá gobernar este 2022 al palo del ciego y sin presupuesto.

La patota nacional que complementa el bloque en la cámara alta al que pertenece Scarpin se retiró del recinto al tiempo que el presidente Alberto Fernández adelantaba la presentación en carácter de querella a tribunales instruida en el afán de saber dónde fueron a parar los 56 mil millones de dólares tomados por Macri en deudas del FMI con cuyos dineros no se construyó una sola alcantarilla para superar el mínimo escollo de una cuneta de barrio. Consultado el susomentado en medios nacional, solo atinó a enfatizar que le gustaría vivir en el país de Alberto Fernández. Triste ironía que ante previas declaraciones y accionar, lejos está de conjugar altura política ante la necesidad de honrar un cargo que le fuera REGALADO por la coyuntura y financiado por patrones que aún controlan el directorio de una empresas que perpetró la mayor ESTAFA nacional e internacional de los últimos 50 años.