Villa Ocampo. Comando Radioeléctrico: Que Cómodo Cuajan Los Discursos Opositores En Medios Oficialistas

Villa Ocampo. Comando Radioeléctrico: Que Cómodo Cuajan Los Discursos Opositores En Medios OficialistasLos declamados discursos de integración, respetuosos de la disidencia e inclusivos en participación, son reemplazados por actitudes que lejos muestran algún interés en concretarlos o fortalecerlos. La unidad editorial de cuatro medios cuya ubicuidad de cada uno dista no mas de cuatro manzanas uno de otros, reduce cualquier arrabal destinado en multiplicar voces, sino y mas bien, neutralizar cualquier opinión disidente, amenazante u opositora que contradiga al mensaje trazados desde el unicato y la hegemonía del poder. Cuatro medios, en Villa Ocampo, que abrevan del mismo editorial, aunque con pocas neuronas y lucidez receptiva, crean un faro de opinión única: El Comando Radioeléctrico destinado a fortalecer subjetividades impares cumple en intentar vigorizar una opinión suprema en nombre de libertades y diversidad.

Lo que debería ser un horror en cualquier foro disidente y mentes atravesadas en la defensa de la insujeción y heterodoxia, desfilan por sus pasillos presentándose como alternativas políticas desde un discurso que cuesta pocas exigencias y rigores advertir alguna sutil diferencia sopesando discursos en el universo de lo que debería ser, necesariamente una imperiosa alternativa. Cuesta explicar desde una forzosa homogeneidad en tales discursos, particularmente opositores y superadores, comprender tantas coincidencias mutas prodigadas y receptadas en esos medios con sus “disidentes” invitados.

Un discurso oficialista que, sin demasiado esfuerzo, se impone ayuno de cualquier autocrítica y una oposición que ha invertidos énfasis en trazar un mensaje perfilado en acentuar sus incómodas coincidencias con quién debería ser su objeto de crítica. El Comando Radioeléctrico trazó su estrategia extendiendo una alfombra maltusiana abriendo sus puertas a posiciones – “opositoras” – vedetistas cargadas de colorido y lentejuelas. El comienzo de esta campaña electoral advierte tantos conceptos y profundad que solo iguala a las ilustraciones de Gran Hermano. La excepción, esperanzadora, no ha aparecido aún.

Ante la falta de lucidez emergen entre quienes sostienen que “todos los políticos son iguales”. Denuncia que advierte, desde lo anverso y soslayo, una tragedia en puerta reclamando disidencias, heterodoxia, critica y alternativa. El contrasentido de la afamada frase, intenta repeler, sin pretenderlo, lo que ante una fatalidad evitable, tal parece, surge de una estrategia entrampada en ausencia de formación, reconocimiento de matices y ayuno de conceptos e ilustración.

No resulta en absoluto descabellado que ante este singular escenario de fantasmagóricos titiriteros se falsifiquen discurso de plástico y acuarelas permitiendo que, los verdaderos intereses en juego, se dirima en mesas chicas, de toma y daca, en el cual los cargos y los espacios de residual poder se repartan en nombre de fuerzas partidarias SAIC. SRL. Y S.A.