El escalofriante relato de una madre en la tarde de ayer 16 de abril deja al desnudo el poco interés de médicos que son asignados a atención de La Guardia Médica. Las quejas por desatención o mala atención se amplifican desde tiempo. La muerte de un niño de 11 meses cuyos padres vuelven al nosocomio con la criatura grave luego de haber sido diagnosticado desató violencia en la que se debió llamar a la policía.
Las paradojas y contradicciones en el norte santafesino no dejan de sorprendernos. Tal parece, hoy, el único modo sensato de explicar diarios quehaceres y tragedias evitables. La prominente imagen que se agiganta en cada día tras llevar adelante el proyecto de ampliación del hospital Regional de la ciudad de Villa Ocampo, que promete soluciones de larga data referidas a la salud en norte del Departamento Obligado, en tanto, las quejas por la desatención o mala atención en el hospital se amplifican y se multiplican en lo cotidiano. Esta vez la vida de un niño de 11 meses es el saldo de desatenciones medicas.
Un relato escalofriante de una madre que entre llantos explica la muerte evitable de su bebe de 11 meses – Giancarlos – que lo hizo atender en horas tempranas de la tarde al verlo en un estado preocupante. El niño nacido con problemas volvía de ser atendido en el sur de la provincia en la que se exigió cuidados rigurosos y atención permanente.
“Vinimos a la mañana y sabiendo de su problema nos hicieron esperar dos horas a la mañana. Explicamos a las enfermeras de la gravedad y no nos escucharon. Cuando volvimos a la tarde nos dijeron que el nene estaba bien; yo soy la madre y sabia que necesitaba ser internado o trasladado. Me negaron el pedido y me mandaron a mi casa. Tres horas después volvimos con mi hijo casi muerto. A poco de que lo revisen, nos informan que tuvo un paro cardíaco”, relató la madre a la prensa local a poco del deceso en la explanada del hospital.
Su madre convencida de que, habiendo sido tratado y diagnosticado a tiempo, el niño habría estado vivo, abofeteo a la profesional que la atendió negándole el traslado a la ciudad de Reconquista. Si bien no es el primer caso, este caso letal desato una ola de reacciones en cadena que termino poniendo hora y día a una masiva marcha contra el hospital, su personal, director y médicos.
Denuncias reiteradas que terminan en sumarios administrativos que jamás avanzan, médicos que no se presentan a trabajar, desatención, mala atención y mala praxis son el cóctel letal cuyo cuello de botella puso final a un hartazgo social de años.